30 junio 2014 - 26 agosto 2010
Una “personita” me decía ayer que nunca es tarde para sentirse feliz con lo que se tiene. Me lo crucé en el paso de peatones de O´Donell frente a El Corte Inglés. “Te has quedado como una personita de pasarela, estás guapísimo”, le dije. Me habló de sus hijas, que prácticamente viven con él, de sus nietos, no quiere dejar de trabajar y vive el mundo inmobiliario como el primero. A su querida de toda la vida se la llevó un cáncer peleón, hace ya cuatro años. Esa personita tiene 69 años y se llama Paco. Siempre me pareció un tipo estupendo.
Nuestras miradas se convirtieron en cristalinas mientras abundaba sobre sus ganas de vivir a pesar de su soledad, un ruido infernal que salía de su teléfono móvil nos sirvió de campana. Un fuerte abrazo nos unió unos segundos, pero yo me tuve que parar en el primer café pues me entró un extraño sabor a miedo que solo se me quitó al llegar a casa y la pude abrazar.
Bien, hoy, el Rey de la Goleta me manda un vídeo precioso en el que demuestra que ninguna desgracia es suficiente para querer dejar de vivir.
N: Corresponde éste a uno de esos extraños posts que un hacker me robó, junto a mi cuenta de Google, en el verano de 2012
El miedo que nos atenaza a todos.
ResponderEliminarSi, Tracy, eso es lo que creo que no nos deja, a veces y estúpidamente, vivir mejor
EliminarLección de vida.
ResponderEliminarAdmirable lección, mimarzgz.
EliminarSaludos.
Enric, otra lección más, gracias!
ResponderEliminarAdmirable y muy reproducible en todos aquellos ambientes acomodados y progres, en que la vida les parece una cosa imposible.
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