viernes, 6 de junio de 2014

No te enamores nunca de un viejo


Imagen: Jan SaudeK

06 junio 2014


Se reían de Él por la forma que andaba, le quitaban el bastón, jugaban con Él y con su bastón, y a nosotros nos hacía gracia. Se metían en su despacho y le tocaban todo lo que encontraban en los cajones, sobre la mesa y hasta en los archivadores. Le imitaban, se reían de Él y con Él, y a todos nos hacía gracia, incluso grabábamos en vídeo sus gestas. Un día del verano del 88, como hacía regularmente,  hablé con Ella por teléfono y le pregunté por Él. Ella me dijo: Tu padre está mal, se ha desmayado al salir de la Caixa, han dicho que ha sido una lipotimia. Y yo, siempre yo, sin darle la mayor importancia, empecé a hablarle de mis cosas y Ella, como hacía siempre,  me escuchaba. Quince días después, Él murió, su corazón no pudo más.

Mi creencia, hoy, que vivo la escena desde el otro lado del tiempo, es que no debes enamorarte nunca de un viejo, puede que dejes de prestarle atención creyendo que es inmortal.



4 comentarios:

  1. A pesar de todo, sabías que no era inmortal por lo tanto ¡bien hecho el estar enamorado de él!

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    1. Claro, María Luisa. Tú que eres maestra en el uso de las palabras, entiendes mejor que nadie lo que quiero decir.

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