Antes de leer: Play, por favor
05 noviembre 2014“Si te levantas muerto de miedo porque no sabes si vas a poder ser visto, si sientes ese dolor insoportable en esa pierna que nunca te ha querido, si crees que donde vayas vas a estorbar, si te parece que vas a vomitar si te pones a atarte los zapatos apoyando el zapato en el hierro del taburete del bar donde antes eras el rey de copas y todo eso entre otros miles de achaques, y si lo que le quieres hacer es echarle la culpa al enorme ritmo de tu calendario vital, lo mejor que puedes hacer es apretar los dientes, levantarte, abrir la ventana, respirar profundamente y ponerte a cantar a la vida. Coge tu cachava y ríete de todos, no les pidas ayuda, deja de hacerte la víctima y sal al mundo. Al que se te cuele en la cola de la fruta o del médico, le chillas, llamas al orden al mundo entero si hace falta, pero no dejes que nadie te ningunee. Piensa que tu vida empieza hoy y que ese dolor será menor si lo tratas o si te olvidas de él, aunque lo sientas. Deja ya de tomar copas de ron seco y acostúmbrate al te o al café, mete esa barriga y adelgaza veinte kilos, conyo. Anda, no te quedes en casa, enróllate con mi Antonio cada día unos minutos, quítate los zapatos y los calcetines, mete los pies en el mar y anda por la orilla hasta que te canses. Asómate a las ventanas de las redes sociales y no se te ocurra poner una foto de Richard Gere en tu perfil o una tuya de cuando tenías treinta años. Que nada te de miedo, tú a tus sesenta y nueve eres, aún, un chaval. Solo tú eres dueño de tu soledad, de tus miedos y de tu autoestima. Arriba el ánimo, levántate cada día cantando, haciendo ruido, poniendo música, compra el periódico o haz lo que te venga en gana ahora que puedes, por fin, hacerlo. Disfruta del primer día del resto de tu vida y, ah, no tengas miedo, el ciclo termina algo después de que empieces a desearlo, nunca antes.” …
Y Manuel, que es un recto profesor de universidad retirado desde hace medio año, se ha ido a paso rápido, hablando con Leonor, con la cara alegre y el cuerpo menos encorvado, cabeza alta y espalda recta, como debe ser. No obstante, al irse, mientras nos despedíamos me ha dejado desconcertado cuando me ha dicho, mirándome fijamente a los ojos y esbozando una leve sonrisa: “Enrique … ¿tú crees que es tan fácil?”
¡Haz caso a Enrique!!!
ResponderEliminarSi, Tracy, espero que me haga caso. Mañana le preguntaré que me quiso decir.
EliminarHaz caso en todo menos en apretar los dientes no se te baya a partir la dentadura postiza
ResponderEliminarPor favor perdoname la broma
Jajajaja, así es, Griselda, hay que apretar con cuidado aunque sean todos los dientes míos, muy bailongos, eso sí, pero míos.
EliminarLe haré caso
Es Muy Bien Lo Que Has Hecho, Enrique!; Es Como Decir: "Describa El Momento Actual, Con Todos Los Detalles, Con Todos Los Elementos Que Están Y (Que Lo Forman) Lo Constituyen Para Ser Que Sea Tal, Y Que Sólo Ud. Conoce, Porque Son Suyos, No Son Públicos, Son Suyos, Aunque Sean Públicos (Como El Lenguaje); Escríbalos En Una Narración Común; Con Todo El Oficio Que Ud. Tiene!; Después Los Podrá Ver En Las Muchas Lecturas Que Le Hará, Lo Que Produce Una Marcada Diferencia De Nivel Entre Las Personas".- .(LUIS).
ResponderEliminarAsí es, Luis, gracias por tu comentario
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