miércoles, 24 de diciembre de 2014

Dar el salto, (asalto) ... a la vida


Imagen: Cartier-Bresson

24 diciembre 2014

Todos deberían estar hablando de como celebrar y con quien, la Nochebuena, pero  ...


Arturo, nuestro experto en política y otros sucios manejos,  predice un futuro incierto, políticamente extraño, ve un gobierno de coalición PPeros y Neo-Socialistas, (antes PSOE), que representan a la derecha de siempre e izquierda menos convencional, respectivamente, y a los Anarquistas, Antieuropeístas y Antisistema, (minoría ganadora), haciendo barricadas en la Gran Vía de todas las ciudades como hacíamos nosotros en los 60. O sea, como si el mundo político se hiciera vintage.

Pepe aspira al que su hermano, viudo y sin hijos, se atreva a coger un avión desde Berlín, donde vive, para pasar la Navidad con él. Durante todo el año dice que la soledad de su habitación vital, es su virtud ... ahora, en estas fechas, no.

Antoine, el golfo de Pigalle, (cómo le llama la Loli, su platónico amor de siempre), está condenado a pasar la nochebuena en una de esas Honorables Viejotecas, donde se reúnen los singles, donde sirven copas los singles sin familia y pone la música algún veterano single muy necesitado de economía real.

Los demás, dice Pedro, (un viudo asturiano que reside en la Costa Levantina para no molestar), la mayoría, son viejos olvidados por el sistema social vigente a los que sólo se les requiere y valora, por el valor de su pensión, su capacidad de no molestar y por la de ser útiles aunque solo sea, (con suerte y habilidad propia), por la de ser capaces de entretener a los enanos de los descendientes  directos. Pedro es un neo-personaje de nuestras cafetulias que derrocha admiración por su sentir, por la vida y por su feliz estatus, como debiera ser, del que no ha hecho más que trabajar en su vida para llegar hasta aquí ... y que, con alguna oculta lágrima, no entiende que se le aparte de casi todo … “Esta sociedad vivencial es muy cruel, conmigo, amigos”.

Todos, la mayoría, reniegan en silencio de la Navidad, cruel manifiesto, para muchos, de su realidad. Otros hacen ver lo que les gustaría ver ... que la Navidad es un fiel reflejo, al margen de sentimientos laicos, sociales o, simplemente, naturales, de lo que les hubiera gustado que hubiera seguido siendo,  como lo era en su infancia ... un mundo deseoso de ser mejorable, aunque feliz.

Diría  que lo que debiéramos pensar y creer,  es que no conduce a nada reflexionar sobre  las miserias humanas. Lo mejor es dar el salto hacia lo que viene, olvidarse de lo vivido, (como si ello fuera posible).  Lo mejor es olvidarse de ellas, (de las miserias .., de lo otro NO, claro),  y solo creer en creer que existe un rincón del alma para el sentir y que ... debemos ser capaces de hacerlo, de dar el salto ... salto hacia la vida de los que vienen y de que lo harán  mejor que nosotros intentamos o quisimos, hacerlo. Por última vez, este año: FELIZ NAVIDAD, es un deseo, claro, pero hagamos que sea posible … ¿Verdad?


Enviado desde mi Note 4





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