01 diciembre 2014
Manuel, el que fue uno de los grandes ladrilleros de La Huerta, a sus 87 tiene, aún, una larga lista de retos a asumir por delante y otra con muchas de sus hazañas empresariales para contar, realizadas en un época que, ambos, hemos decidido llamarla, "La de ayer de madrugada". Podríamos estar horas hablando y hablando, pero su principal empeño y virtud, es hablarme de lo que va a hacer mañana. Viudo desde hace 10, vive con su única hija a la que adora y le adora y su futuro se centra en conversar, admirar todo lo que ve y que mañana se va a sentar con ese importante Promotor Inmobiliario en la oficina de la Gran Vía, para contarle algunos defectos que ha visto en un incipiente e inmenso, proyecto urbanístico que éste ha comenzado alrededor de la autopista, al Sur de la Ciudad. Su capacidad y sus formas son las de un chaval ... "deberían dar paso a la experiencia y trabajo a los jóvenes. Este es el problema que no entienden los políticos como solución a todos los problemas que padecemos, Enrique" - Me dice al despedirse.
Se dice que la aventura conlleva atravesar, primero, un camino de espinas y luego, un enorme e innecesario riesgo ... ¿De verdad? - Manuel nunca lo pensó.
Enviado de Samsung Mobile Note III
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