miércoles, 18 de febrero de 2015

La divina rutina ... la de hoy, la felicidad



Fotografía de William Sumits 

18 febrero 2015

El primer estornudo, apenas piso la calle, y la consiguiente canción del horror, esa que hacían los viejos de mi época con gran pañuelo blanco extendido aplicado a nariz enrojecida, pues ahora esa es la canción que yo me canto ... que horror - Veo que ya está mejor - me dice en tono irónico la simpática chica de la limpieza. Me acerco al buzón, que está como a un kilómetro de mi portal, (sin exagerar), y, vaya, no hay cartas, como siempre, solo las hay cuando no voy y me tiene que llamar el portero: "Enrique, tienes el buzón a tope". De vuelta hacia el garaje veo que la pintada que hizo el niño de la del 7 ahí sigue ... "Chocho te quiero. Luco". Arte urbano en plena efervescencia. Enciendo la luz del garaje sin que la puerta cortafuegos se cierre a lo bestia, como acostumbra,  y me haga el primer morado del día, esta vez en el culo. Sorteo con éxito el parachoques del Mercedes de la curva y consigo sin más tragedia que darme con la cabeza en el marco de la puerta del coche al entrar, como siempre. No todo iba a salir bien.

El primer chiste del día me lo regala el de las revistas que cuando se va Dora, ( que no es la exploradora), una rubia platino, cincuentona y de muy buen ver: "Sabes, Enrique ... Rubia de bote, chocho negrote" - Pura poesía popular - le digo al poetiso de las madrugadas del papel prensa. Pero en la cola de las verduras hay, hoy, mal fario, parece que ha muerto uno que era amigo de un amigo que dijo que un día tuvo una historia que contar y la contó provocando la admiración y el llanto de todos cuantos le oyeron y conocieron. No he querido acercarme, he puesto mis diez dedos a tocar la madera de una de las cajas de tomate Raff que, por cierto, tenían una pinta bárbara y claro una vez los ves ... he comprado 4 kg a  5,80 €, y hasta plátanos de Canarias, todo menos acercarme al grupo de plañideros/as que parecen disfrutar con el duelo.

Volviendo, de camino al Ateneo y siempre por el paseo marítimo, he visto  lo que parezco buscar cada día para justificar en lo que creo que existe y gusta vivir. He visto a una pareja que parece venir de muy lejos, como una feliz rutina, andando, de unos setenta cumplidos cada uno, cara de guiris y color gamba en cara, manga corta, cogidos de la mano, ropa deportiva, cara sonriente y hablándose ... vendían felicidad, esa cosa que parece que el mundo haya olvidado que existe.


Enviado desde mi Note 4

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8 comentarios:

  1. Amigo Enrique, la rutina yo creo que no es pariente de la felicidad, debemos evitarla, nosotros, cuando salimos a andar, procuramos hacerlo por diferentes caminos, nunca sabes con quien te puedes encontrar, cosa que la de otra forma no ocurre y acabas vegetando, no viviendo
    Un abrazo

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    1. Tengo la impresión, querido Toni Almagro, que no te has leído a fondo esta bloguería. la felicidad está donde tú quieras que esté, no hace falta huir de la realidad para decir que se es feliz ... por mucho que andes, aunque sea hasta los Andes o hasta las Agudes del Montseny. La felicidad es la que es y la tiene el que la busca, no el que dice que la tiene haciendo lo que dice que lo hace feliz. La felicidad es otra cosa.
      Un abrazo y ya sabes, 100 i pico, siempre, pero feliz.

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  2. La tormentosa rutina del dia, de cada dia, de cada año, de la que hay que huir. Otra cosa es poder conseguir ese alejamiento

    SALUDOS

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    1. La rutina, amiga rura, es pura felicidad cuando la felicidad vive contigo. La rutina deja de serlo cuando eres tú el que la practica por tu propia decisión. la rutina del tercer estado de edad, es hacer lo que yo quiera hacer, día a día, como siempre quise hacer y nunca lo supe ... hasta hoy. Eso me hace feliz, ser como soy o como siempre quise ser.
      Un abrazo-e ... muy fuerte y con mucho bites

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  3. ..Si la rutina , es la que tu te has marcado, el cuento cambia mucho, amigo Enrrique, pero en mi caso por estar en vida laboral, me la marcan las obligaciones..Jajajajaja

    UN FUERTE ABRAZO DISFRUTA

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    1. Ay, rura, me has hecho daño al decirlo ... ¿"obligaciones laborales"? Eso sí es un problema. Viví durante 40 años obsesionado con las obligaciones profesionales, objetivos, rendimientos, empleados, resultados, producción, financiación ... No obstante me lo pasé bien, creo que de no haber trabajado a gusto no lo hubiera hecho, al menos donde lo hice, pero con todo ... cada mañana cuando me levanto me digo: "Hoy voy a hacer lo que yo quiera" - me lo repito tres o cuatro veces y respiro hondo, ay las obligaciones que lejos y que bien están ahí ... lejos
      Me ha hecho daño y risa, claro, recordarlo, rura.
      Bromas aparte, me ha gustado tu re-comentario y tu deso hacia mi.
      Besos.

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  4. Deliciosa rutina llamada vida, y que tu cuentas con tanta alegría de vivirla, incluso cuando en algún momento está se pueda convertir en trágico....................bravo amigo mio!!

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    1. El bravo va para ti, amigo Antonio, que me aguantas, pacientemente, día a día.
      Un abrazo

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