martes, 3 de marzo de 2015

Flor María, los negritos … y la demolición de una vida, paso a paso


03 marzo 2015

Tal día como hoy, hace ya tres años, tras una aciaga mañana, me pasó algo de lo que vengo ahora a recordar en beneficio y conformidad de mi espíritu rebelde, el cual, no se muy bien por qué, siempre aparece tras alguna de esas que yo llamo, estúpidamente, largas noches toledanas. 
Estaba sentado en la cafetería que hay en Gerona, casi esquina a la Montanyeta, relajándome, pero hete aquí que ahí, mientras estaba resoplando ira por todos los poros de mi piel, noto un tic-tic de un dedito en el hombro y una voz socarrona de esas de cantante de rock: “¿Tú eres Enrique, verdad?” y zas, leches, era mi amigo Charlie, el de los solares difíciles, el incansable buscador de suelo imposible, el que siempre te llamaba en medio de una reunión para contarte que tenía el mejor terreno del universo para mi y solo para mi, porque era su amigo. Pues sí, ese luchador infatigable estaba ahí, sentado al lado mío, en una de esas románticas mesas redondas de mármol que en ese local yacen, y que siguen ahí desde los últimos treinta años, al menos.
Charlie estaba tocado, quiero decir que no tenía buen aspecto, barba de dos días y cara de haberse tomado ocho carajillos y ningún bocata, ni nada parecido en mucho tiempo.
-“Qué quieres que te cuente, Enrique, cuando tu te volviste de Valencia para Alicante, yo me largué a Palma M con aquella chica peruana de los mesones de  Campanar, monté una empresa de servicios y un lío espectacular con varias empresas y también las tuve con dos novios que le salieron a Flor María pues ya sabes como estaba la niña”
-¿Estaba?
-“Si, me dejó o la dejé, eso era la casa de todos, allí había mas copas y mas alterne que en los del Astoria”
-Pero tú estabas casado, Charlie ¿que pasó?
-“Pues que un día me enganchó Elena con la Flor María en casa, tuve mala suerte, era un día que ella se puso mala y volvió antes de la hora a casa y me pilló. Pero daba igual, no nos iban las cosas bien, yo me pasaba la vida viajando y ya sabes lo que es eso, me convertí en una especie de marinero que busca amor en cualquier puerto”
-Pues si es mala suerte amigo, me parece que es la que te buscaste
-“Puede, Enrique, pero lo peor vino después, cuando Flor María me dejó, tuve que hacer frente a tres denuncias por agresión, una a ella y dos a cada uno de sus dos novios, uno quedó maltrecho, pero tuve suerte y no me enchironaron de milagro, los chicos eran negritos de Cuba, o de por ahí y el juez, ya sabes como resuelven estas cosas”
-Le miraba y no me lo creía, ¿como se puede acabar así, Charlie?
-“No lo se”
-¿Y ahora que haces?
-“Pues nada de nada, me he venido a Alicante siguiendo a  mi chica, una Murciana que vive en Agost y que ahora está ahí, en el seguro haciéndose pruebas, estoy jubilado, me pagan 875 € y con lo que ella saca limpiando escaleras vamos tirando”
-Pero, ¿y todo lo que ganaste: tu casa, tu Mercedes tu apartamento en El Puig, que pasó?
-“Me arruiné en Palma con la empresa que tenía y lo perdí todo y, además, tuve que afrontar indemnizaciones para Flor María y sus negritos para que retiraran las denuncias. Luego mi mujer se cebó conmigo a la hora del divorcio y lo peor es que ni ella ni mis hijos me hablan y ni siquiera quieren saber de mi”
-¿Necesitas algo, Charlie?
-“No, Enrique, gracias, si acaso no vayas contando a nadie que me has visto, tu ya me entiendes” …………………

Tras un encuentro así, el que tuve ese día, mi conformidad pasa, o debiera pasar, por acordarme mucho de Charlie y de lo cerca que todos, sin duda, habremos estado alguna vez muy cerca de convertirnos en otro Charlie.
..

6 comentarios:

  1. No me digas que tú también conociste a otra Flor María?? (bromeo)
    La vida es un bidón y gira y gira y da y da vueltas... ¿El final? Quien sabe!! Pero lo que está claro es que por miedo a vivir no se debe dejar de hacerlo. Mejor de manera coherente y con los pies en la tierra pero, si optamos por otra alternativa, afrontemos dignamente los resultados.
    Un besote grande.

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    1. Como siempre, dulce detalles, debo estar de acuerdo contigo, eres mujer de gran y equilibrado criterio y ... ciertamente, muy liberal. Me gusta, me gustas.
      Un abrazo.

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  2. Será verdad que uno recoge lo que siembra? Definitivamente si, al menos al 99%

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    1. La vida es un camino donde a cada cruce ofrece distintas alternativas. Los éxitos y/o fracasos se valoran al final y cada cual, sin que podamos impedirlo, lo valora a su antojo, amigo Antonio. El éxito o el fracaso, a mi juicio, es solo un sentimiento y cada cual lo ve según lo quiere ver. Sentirse fracasado al final del camino ... un claro error de apreciación, aunque sentirse afortunado ... un acierto pleno.

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  3. Cuantos giros da la vida y cuantos peligros nos acechan, y es que las riendas sueltas siempre deben tener un control, caso contrario seremos atrapados por un desbocamiento.

    Mi saludo Enrrique

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    1. Buen ejemplo, Rura, una sabia apreciación y un buen ejemplo ejemplo. Al final somos lo que hemos querido ser aunque haya mucho de lamento cuando decimos aquello de que no fui más porque no me dejaron ser. Y cuando alguien se lamenta ante mi así le digo, sin decírselo: ¡Estás aquí porque has venido, tú solo con tus actos y tus gestas, solo tuyas. No se lo digo en voz alta porque me sé la respuesta.
      Un abrazo, Rura.

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