26 abril 2015
Él no tenía mucho tiempo para grandes discursos, ni para grandes lecciones educativas; Él se levantaba a las seis para acudir a su trabajo de ocho a tres y luego hacía la contabilidad de un empresa de balanzas de cuatro a diez; Él no tenía tiempo para ponerse enfermo, tenía sus propios remedios para curar sus males; Él lo arreglaba todo sudando ... se metía en la cama apenas llegaba ... ponía la cabeza debajo de la almohada, se cubría con una manta y sudaba y sudaba cómo una ducha mal cerrada, para estar totalmente bien a las seis de la mañana.
Él me lo explicaba cuando yo era un niño ... "Sudar es el remedio, hijo, siempre sudar, solo así se logra estar bien. No sabrás nunca el verdadero valor de las cosas hasta que no las obtengas con tu esfuerzo”. Pasaron algunos años para que yo entendiera su mensaje ... un gran y, a veces, olvidado mensaje que aún hoy me tengo que ir recordando a cada paso ... a veces, también, a quien aún lo ignora.
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