Fotografía de Robert Doisneau
24 septiembre 2015
Recordaba aquellas tardes de domingo de los 60 en el Stereo de la Plaza Sanllehy; aquellas escasas tres horas que servían para danzar al ritmo del momento; aquellos primeros besos en los que solo nos permitíamos juntar levemente los labios mientras cerrábamos los ojos; aquellos sentidos y sensibles roces con la más guapa del grupo, caras rojas y orejas rojas, éramos cándidos y sin embargo rebeldes en lucha por un futuro mejor. La guerra de los mundos, el real y el que queríamos imaginar, nos llevó hasta donde queríamos llegar. Ser niño, ser joven, tener ilusiones, es algo inherente con la edad y el comportamiento ... Miro a mis nietos y empieza a preocuparme cómo será el mundo de hoy y de mañana, un escenario sin ellas ... "Pero eso es imposible, Enrique, saldrán adelante, siempre ha sido así".
Tendré que creer en la superación de la especie, como no, nosotros ya lo hicimos ... y el Mundo tendrá que seguir siendo Mundo ... a pesar del Mundo, pero … ¿no creéis que alguien debiera hacer algo, incluso nosotros mismos? Educación, Formación ocupacional, políticas de empleo, reivindicar el arte, adoctrinar sobre los viejos valores como la fidelidad, honestidad, amor, altruismo, esfuerzo … ¿todo eso donde está, en que cajón lo hemos guardado?
Enviado desde Note 4
Hola. una muy buena pregunta ¿dónde están? pero esas nuevas generaciones ni echarán de menos esos valores porque ni los conocieron!... seguimos en contacto
ResponderEliminarA VECES SUEÑO QUE TODO CAMBIARÁ, MARTA.
EliminarFELIZ NOCHE