06 octubre 2015
La esperaba, tenía dudas sobre cual sería su valor, su moral, su capacidad de dejarse querer … y llegó.
Te reías mientras repartías tus manos por mi cuerpo, sin darme cuenta aprecié que el viento ya no azotaba mis movimientos, ni el pecado era tan deseable, los gemidos han cambiado su origen y las sombras se van amontonando sobre las cejas de los sentimientos perdidos. Ni las risas, ni las historias de impenitentes orgías incumplidas ayudan a mantener la atención erecta, nada está perdido, ni logrado, todo es una falsa primavera en un mundo etéreo, vulgar y poco comprometido pero, extrañamente, feliz. Me empiezas a abrazar con trazos duros, gestos incomprensibles y mirada canosa, me haces ganar en respeto, pero me quitas dignidad, estilo y no se que más, si, me estás poseyendo, amiga, me estás matando cada poco un poquito más, querida, si, me estás apartando la vida pero, a pesar de ello, te quiero nueva amiga, bienvenida amiga vejez.
Me parece que muy, lo que se dice muy querida no lo es jejeje. Si tenemos la suerte de ser como los "viejecitos" que anuncian Vitaldent o Actimel aún. Pero estoy convencido que esos actores son jóvenes con añadido plateado.
ResponderEliminarNo creas, Alacantí, te podría dar al menos un centenar de fotos de amigos que se mueven cuando bailan y cuando andan, como verdaderas gacelas. Los hay de todo tipo y ánimo, aunque ayuda mucho querer ... lo cual siempre es poder.
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