Imagen: TigranTsitoghdzyan4
24 mayo 2016
Aitana es una buena chica y una gran bancaria. Cincuentona, rubia, de buen ver, ojos claros, vivaz y muy comercial. Vive para sus hijos y para que pronto termine su jornada. No tiene motivación alguna para estar ahí en su puesto. Está totalmente desmotivada y su trabajo en la Gran Banca atendiendo al público le parece estúpido, sin creatividad alguna … y hasta cruel.
“Todo depende de la Central, Enrique, no tenemos capacidad de maniobra alguna. La Banca para nosotros, sus empleados, murió hace ya muchos años, sí, desde que el poder político arrasó las Cajas de Ahorro, las esquilmó, y a la Banca la llevó al rescate en aquellos que no supieron dar un no a tiempo a sus constantes caprichos financieros. Se maravillan de que los partidos del descontento, los radicales y los antisistema – como ellos le llaman – proliferen por cualquier rincón de España y de Europa. Nos hemos cargado el estímulo profesional, trabajamos como robots, el mando no tiene alma y su mediocridad nos llevará al desastre. Desde Europa reclaman que se hagan más reformas pues quieren que solo hayan tres grandes Bancos en España y, con ello, eliminar oficinas pequeñas y a su personal y con ello concentrar la actividad en las oficinas grandes como se hacía antaño. Por otra parte mis hijos han terminado sus estudios y ahora se encuentran con el problema de que la solución del botellón es algo que se acaba con la luz del día, que la Universidad ya no es el refugio anestésico para poder olvidar su futuro, ni la habitación en casa de mamá una solución perenne. No hay trabajo para ellos y a mi cualquier día con treinta y cuatro años de antigüedad me liquidan con cuatro euros amparados en cualquier ERE asesino de esos que se han inventado los del Poder Político para mandar al personal al paro y a la miseria. Todo lo hacen o dicen que lo hacen, por contentar a Bruselas y a sus directivas antisociales olvidándose de que los gobernados son personas y que la explosión social está a la vuelta de la esquina. No puedo más, Enrique … lamento estar así, pero es como me siento. Gracias por escucharme y mil disculpas por ello”.
Dejé a Aitana cuando terminé con ella y la dejé ahí, sonriente, mirándome con envidia sana, y yo tenía la sensación de que estaba dejando que se ahogara en su especial pantano laboral. El caso es que este episodio de hoy no es un asunto aislado, no, conozco, ya, a demasiada gente que no trabaja a gusto, todos o casi todos, están hasta las mismísimas impurezas de todo y de todos, notan que nadie se preocupa por sus problemas personales o profesionales, y el mando, sea político o sea empresarial, está lleno de mediocres, de vividores, de gente sin capacidad alguna excepto para enriquecerse o para colocar a todo quisqui que le preste pleitesía. Esto se ha convertido en un País de incapaces por un lado y de cabreados por otro … ¿Cuál es el final de este cáncer social? ¿Hasta cuándo sobreviviremos así?
No solo, España, Enrique, mi post de hoy es sobre la ultraderecha aquí. Es mundial, el desastre, la desazón. Nos están matando poco a poco, nos están dando una vida infernal. Yo lo estoy viviendo de primera mano, uno trabaja hasta matarse para nada, absolutamente para nada, y el día de mañana si acaso nos darán una pensión de mierda y seguiremos siendo más pobres que las ratas, y tenemos formación y capacidades, mientras que los que están ahí arriba no tienen talento alguno. Son hienas. Estamos todos más que hartos. Hay que hacer algo ya, antes de que acaben con nosotros.
ResponderEliminarBesos
Sí, Celia, he leído tu artículo hace un par de días y me gustó, me alertó y hasta me indignó por que me di cuenta de lo que viene. El peor enemigo de esta Sociedad, amiga Celia, es la mediocridad que está haciendo mella en todos los niveles de la población y especialmente en los mandos empresariales y en los políticos. El futuro no pinta bien y las urnas debieran poner a cada cual en su sitio pero, al menos aquí, no es así ... de momento. Los dientes de sierra se producen a menudo en el comportamiento de los humanos y las sociedades en las que viven también las sufren ... creo que ahora estaremos en uno de esos puntos altos o bajos de la sierra, según se mire.
EliminarUn abrazo muy fuerte y ánimo, querida amiga, soñemos con un mundo mejor pues soñar no cuesta nada.
Yo podría llamarme Aitana. Con 52 a casa para “disfrutar” de una vida jubilosa (¿?), en el cenit de mi experiencia. Con 34 años de antigüedad y el 90% del sueldo. Y habrá que darse con un canto en los dientes porque lo porvenir es aún más negro. A veces me da la impresión de haber tirado a la papelera la mitad de mi vida. Hurgas en heridas que aún duelen. Perdóname. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una forma de darle luz al escarnio laboral a la experiencia que las nuevas estructuras del poder fabrican para dilapidar la ciencia del viejo. Tan inexplicable como nefasto, María Paz. Esta Sociedad acabará pagando por ello.
EliminarSiento haberle echado sal a las heridas, amiga, nada más lejos de mi intención. No obstante te diré, lo cual es una creencia que me trasladó mi Madre desde la más tierna infancia, que lo mejor está, siempre, por venir. Con esa filosofía se puede vivir cien años más ... te lo digo por experiencia.
Feliz noche y mil abrazos que sirvan para suavizar esas heridas.