Fotografía de Peter Turnley
19 octubre 2016
Me encontré con ese amigo que todos creemos tener y nos sentamos ahí, donde siempre acuden las gaviotas a vernos. Me habló, sin hablarme, de su vida, de su pasado, de aquellos momentos que vivimos juntos en un tiempo indeterminado, recordamos sin apenas saber como aquellos tristes sucesos del año en que no quisimos vivir y terminó su prédica de hoy en silencio pero mostrando una voz firme, también vehemente, y quiso hacerlo de modo pausado, como correspondía a su silenciosa y hermosa plática:
“Mira Enrique, empecé a andar hace muchísimos años, continué siempre andando en mi camino … y ahí sigo, siempre andando, esperando llegar.”
De pronto se levantó y tal y como quiso mostrarse ante mi, se fue en silencio, sin hacer ruido, fue como un silenciosos adiós, fue verlo andar y andar hasta que se perdió en la primera esquina de ese garrido camino del que tanto y tanto siempre me habló. Me levanté, puse mi mano en la cara, en el pecho, miré a mi alrededor, todo seguía igual, es como si nada hubiera pasado, pero aunque yo no lo vi, ni lo supe oír, pasó, sí, se que estuvo ahí, sé que sigue andando … esperando llegar, está cerca de mi página … lo sé.
enriquetarragófreixes
Original: Esperando llegar … que llegue | Esas pequeñas cosas
Es una alegría tener esas certezas.
ResponderEliminarPsssss, Tracy ... nunca lo he sabido, pero hago como que lo sé. Ya sabes ... psssssssssssss
Eliminarme gustas cuando callas y estas como distante y tu voz no me alcanza
ResponderEliminarEl calor del silencio, querida Mucha ... no puede ser otra cosa, ni mas venial, ni más enorme.
EliminarUn abrazo POETISA del buen hacer ... y querer..