Serge Gainsbourg y Jane Birkin
20 octubre 2016
El ambiente estaba tenso, se notaba que la Loli, hoy, venía "cabreada", sí, llevaba su corta falda tubo negra semitapada con su mantel blanco de azafata para soñar, taconazos y cara de comerse el mundo o al primero que le soltara cualquier impertinencia y ojos perturbados por una noche sin dormir... Los más cotillas informaban por los corros de la corrupción verbal de siempre, que Antoine - (su novio no oficial y el golfo de la noche más negra de toda la Costa) - no se había presentado anoche a una cita en un conocido Restaurante de Santa Pola donde él, (el Antoine), la había citado a ella, (la Loli), para hincharse juntos a marisco gallego, a vino blanco de Rueda y, posteriormente, a una noche de amor loco en un conocido Hotel junto al Faro. Aclararé que esa información repartida maliciosamente por todas las mesas del lujoso bar del Ateneo, sale de esos comentarios que se suelen hacer a los más íntimos amigos con un previo ... "por favor, no se lo cuentes a nadie".
Bien, incidiendo en la maldad de la madrugada de mis amores, al margen de un frustrado intento de Arturo de arrimarse a ella, (a la Loli), en señal de calentura primaria de un anciano en sus más felices recuerdos de juventud, los cafés de madrugada terminaron hoy cuando a eso de las ocho de la madrugada apareció por la puerta Julián, ese chulapo madrileño de lujo, y dijo con voz clara y bien sonora:
"La de Dios, este Antoine es increíble, estoy sin dormir, vaya marcha tiene el tío, se lió con la cantante y a saber como acabaron ... estuvimos cantando en el centro de la pista con la niña de la voz sensual ... qué noche chicos ... Benidorm es único, yo me quedo aquí, mi Chamberí no tiene estas cosas."
Luego, para "arreglarlo", Julián, el rejuvenecido setentón, le dice a la Loli - (que estaba con cara de haberse comido un centenar de pimientos morrones) - "Niña: Échame un café triple de esos que haces tú tan bien" ... lo que le contestó la Loli ya no os lo cuento ... por si esto lo leen algún día mis nietos.
Origen: Y llegó Julián … y se armó | Esas pequeñas cosas
Me encantan tus historietas del bar, Enrique, sin duda es mi 'sección', por así decirlo, preferida de tu blog. Es casi imposible no verse a uno mismo inmerso en ellas, y casi le hace a uno desear ganar años de la misma forna en que tú lo hiciste :)
ResponderEliminarGracias Holden, eres todo un amigo ... tu sinceridad es loable.
ResponderEliminarUn abrazo de viernes