Fotografía de Robert Doisneau
18 mayo 2017
Dedicado a una buena amiga, maestra en un colegio nacional, digno oficio al que dedicó toda su vida.
Dame la bolsa y el dinero, que yo te lo guardo, y sube al segundo piso y dile a la señora, cuando te abra, que ya tiene aquí abajo las patatas. Eso me dijo un malnacido de la época allá por el invierno de 1958, abordándome en medio de la calle y apartándome hasta el portal de la esquina de la barcelonesa Calle Cartagena, junto a la Barbería. La señora no abrió, afortunadamente para mi, seguramente habría salido. Como lo que era, un enano inocente, bajé por las escaleras y encontré la bolsa en el centro del zaguán, en el suelo, como pidiéndome perdón. Me puse a llorar y salí corriendo hacia casa para contarlo esperando una buena bronca que no hubo. Unos minutos antes mi Madre me dijo: Toma un duro y la bolsa y vete por carbón; Date prisa, insistió.
Hoy, curiosamente, es a mi al que le dan miedo los niños de 9 años, justo los que yo tenía cuando me pasó lo de la bolsa y el carbón.
Sí amigo, es como si le hubiésemos dado la vuelta al calcetín, ese que antes se remendaba y no el de hoy que casi se usa una vez y se tira, pero nos iremos tranquilos con el gusto de haber sabido vivir de esa manera, hablo por mí aunque creo que en parte compartes mi opinión. Buenas noches ya, es que llevo retraso o adelanto según se mire.
ResponderEliminarYo si llevo retraso ... y mucho, ahora bien, me encanta que sea así. Tus retrasos son siempre virtuosos
EliminarJajajaj muy buena la conclusión a la que has llegado.
ResponderEliminarClaro ... es un mal muy compartido amiga Tracy
EliminarLas cosas marcan... Y los niños de 9 son bastante malos hoy en dia ja 😏...
ResponderEliminarMalos, malísimos de la muerte, amigo JLO. Serán los tiempos.
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