Fotografía de Bert Hardy
06 julio 2017
Hay escenas que nunca debiéramos ver ... pero la realidad nos pone ante ellas aún y no queriendo
Hay escenas que nunca debiéramos ver ... pero la realidad nos pone ante ellas aún y no queriendo
“Hola Enrique, sabes que tengo cáncer” – Juan tiene siete años, su madre veintinueve y su abuelo cincuenta y seis. A ninguno de ellos la vida les ha preparado para esto. Solo verlos, supone que la chispa espontánea de nosequé sentimiento, provoque que cada vez que vaya al encuentro de ese niño la emoción me desborde y la estúpida realidad me haga sentir cual pompa de jabón en manos del destino. Lo he dicho ya, seguramente, demasiadas veces aquí y siempre ante la injusticia con que esa terrible enfermedad se ceba en los justos, por eso diré siempre que hoy, ahora, es el momento, no sabemos si luego habrá otro.
Recuerdo, ahora, que un día, no sé cuando, y tampoco sé donde, escribí en papel amarillo esto que guardé celosamente en el fondo de mi baul de las letras perdidas: “Vida, te quiero, vida por ti me muero. Muerte, cuanto te odio, contigo me iré cuanto tú quieras ... pero no esperes que yo te quiera”.
Recuerdo, ahora, que un día, no sé cuando, y tampoco sé donde, escribí en papel amarillo esto que guardé celosamente en el fondo de mi baul de las letras perdidas: “Vida, te quiero, vida por ti me muero. Muerte, cuanto te odio, contigo me iré cuanto tú quieras ... pero no esperes que yo te quiera”.
Cuanto daño está haciendo el cáncer, leí hace no mucho, que han encontrado la cura a dicha enfermedad el caso es que no sé cuando se comercializará el "antídoto" y tampoco se el coste. Ahora bien, está el gran dilema de si les dará o no, por ofrecer esa vía , esa oportunidad. Mi padrastro falleció de cancer de pulmón, mi hermano lo pasó muy mal. (Era más joven) Buenos dias con algo de pena y por el otro esperanza.Hay que luchar.
ResponderEliminarEse debe ser el mensaje, Keren, esperanza, siempre.
EliminarUn abrazo muy fuerte
Sabes que esto me toca muy de cerca, pero por encima de toda la tristeza, la impotencia y la desesperanza que pueda sentir, no te puedes hacer idea de lo que los niños con este mal te dan. No en todos los casos por desgracia, pero en muchos te quedarías alucinado de cómo responden a este mal tan atroz. Te hablo en una franja dramática desde 8 meses a 9 años. Siempre te dan más que tú a ellos. Fíjate si hay que quererla, como apostillas al final. Mucho no, muchísimo. Feliz día.
ResponderEliminarTendré que volver a decírtelo, amiga Mar, eres un ángel.
EliminarFeliz sábado