24 septiembre 2017
Ayer me dieron un susto de muerte por la calle, pero hoy me han dado una grata e inesperada alegría. Venía yo de mis reuniones matinales y andando por la acera de Vicente Ramos, a la altura del antiguo BBVA, veo a un empleado de la empresa de la limpieza pública que, con su gran escoba, iba barriendo esas preciosas flores lilas que, en el otoño adornan nuestros árboles, los de nuestro Paseo, pero que dejan el suelo como una pista de patinaje , al menos para mi, al desprenderse de sus ramas.
Pues decía que viendo al empleado darle aceleradamente a “su digno asunto de barrer”, veo que, al verme, se para, deja de barrer, echa un paso hacia atrás y me da paso con un ademán manual, pero justo al pasar por su lado, hago un gesto de satisfacción y de saludo, muy a la japonesa y ahí, si, justo ahí, ha sucedido la maravilla del día. El empleado, con cara de estar mas contento y feliz que un ocho me ha dicho … “buenos días, señor” y yo sin mucho esfuerzo le he respondido igual, pero me he quedado con las ganas de darle un fuerte abrazo o hasta de bailarme un tango con él, yo que sé, de decirle mil cosas que no le he dicho y que él, seguramente, hubiera agradecido, pero no lo he hecho y aún no sé por qué. Por tanto, esta bloguería va por él, por ese hombre que barre nuestras calles y que tan digna y felizmente desarrolla su labor.
Enhorabuena, va por ellos, por todos ellos, y por todos aquellos los que se desviven en desarrollar su labor diaria con alegría, dedicación y esmero, cuidando las formas y el oficio, pues cualquiera de ellos es tan importante como el que más, solo es cuestión de hacerlo bien y a tiempo, es aportar ese granito de arena a una sociedad laboral que anda, desgraciadamente, en otra cosa.
Enhorabuena, va por ellos, por todos ellos, y por todos aquellos los que se desviven en desarrollar su labor diaria con alegría, dedicación y esmero, cuidando las formas y el oficio, pues cualquiera de ellos es tan importante como el que más, solo es cuestión de hacerlo bien y a tiempo, es aportar ese granito de arena a una sociedad laboral que anda, desgraciadamente, en otra cosa.
Enhorabuena, amigo, sí, al de la foto.
Sí, buenos días, buenas tardes o buenas noches, esas emociones sencillas que son las que nos llevan, no a la orilla del mar en donde estoy sino a las puertas del cielo. Y sin trabajo ninguno. Eres genial. Feliz domingo.
ResponderEliminarGracias amiga Paz ... feliz lunes. Tuve un fin de semana muy largo y ahora ando recuperándome a marchas forzadas de mis compromisos-e.
EliminarEstas cosas demuestran que el mundo, digan lo que digan, puede tener solucion todavia...
ResponderEliminarSí, Ildefonso, eso creo, ese era el objetivo de esta bloguería, dejar ver lo bueno y lo fácil que es vivir bien.
EliminarUn abrazo-e