Christopher Peddecord
09 marzo 2018
Viernes, casi de noche, terminando mi semana laica y comenzando la religiosa. El sol está cayendo y ya me voy a pintar y a depilarme un poco los bigotes antes de montar en el caballo de la indecencia moral y partir hacia el País donde se habla poco, se sonríe mucho y se fuerzan arrumacos y otras veleidades que hacen que casi todo me traiga sin cuidado. Puede que el caballo me tire algún día y que las vísceras que van quedando dejen de responder, lo sé o creo saberlo, pero cuando mejor me encuentro es cuando me subo a ella, a la montaña de la escena, de la música, del copeo, del baile y a todas las que le siguen a continuación que al final descubres que cada vez son más altas y mas frías, pero que aportan una fuerza que ninguna medicina te puede dar. Hay quien dice: “Hay proyectos, hay vida” ´pero a mi me gusta más otra acepción del mismo manifiesto; “Hay ganas de marcha, luego hay vida”
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A mí también me gusta más tu acepción.
ResponderEliminarBRAVO, TRACY, AHÍ NOS VEMOS, YA SABES, CIERRAS LOS OJOS Y YA ESTAMOS EN EL SITIO
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