- Hacía ya mucho tiempo que no practicaba esas olvidadas liturgias y que, tengan que ver o no, con nuestras vocaciones religiosas, no deja de ser, al menos para mi, todo un acontecimiento social. Hoy he ido a Misa de doce. Allí estaban todos, pecadores, golfos, hipócritas, paseantes y hasta algún creyente. Lo mejor es, como en el teatro, la social tertulia que se produce antes y después de la Misa.
- Los más viejos van con corbata y pelo mojado, ellos, sombrero o pamela a juego con el traje chaqueta siempre de color discreto, falda por debajo de la rodilla y medias incoloras, ellas. Los jóvenes van al uso de la era, con cresta en el pelo, vaqueros, zapatos deportivos y haga frío o no, camiseta color con algún estampado reivindicativo, siempre en inglés, ellos, y ellas falda corta, (cortísima), camiseta anunciadora de un cuerpo 10, más discretas que ellos y, eso sí, taconazos del 9.
- Ah, me olvidaba de los niños, si esos cachorros del demonio que juegan al fútbol en el jardín de la Iglesia que arman más ruido que los ultras del Olimpic de Marsella en Bilbao y que las madres de la falda corta controlan, (es un decir), para que no se metan en la Iglesia y dejen de mandar la pelota a los cristales de la preciosa y luminosa Iglesia de la Playa.
- Luego están los hijos e hijas de alguien, (que son, también, nietos/as de mis amigos), que van a Misa para ver si así las/los dejan salir de noche sin grandes reproches. “Son tan buenas mis nietas, Enrique”, me dice Leonor.
- Los más viejos van con corbata y pelo mojado, ellos, sombrero o pamela a juego con el traje chaqueta siempre de color discreto, falda por debajo de la rodilla y medias incoloras, ellas. Los jóvenes van al uso de la era, con cresta en el pelo, vaqueros, zapatos deportivos y haga frío o no, camiseta color con algún estampado reivindicativo, siempre en inglés, ellos, y ellas falda corta, (cortísima), camiseta anunciadora de un cuerpo 10, más discretas que ellos y, eso sí, taconazos del 9.
- Ah, me olvidaba de los niños, si esos cachorros del demonio que juegan al fútbol en el jardín de la Iglesia que arman más ruido que los ultras del Olimpic de Marsella en Bilbao y que las madres de la falda corta controlan, (es un decir), para que no se metan en la Iglesia y dejen de mandar la pelota a los cristales de la preciosa y luminosa Iglesia de la Playa.
- Luego están los hijos e hijas de alguien, (que son, también, nietos/as de mis amigos), que van a Misa para ver si así las/los dejan salir de noche sin grandes reproches. “Son tan buenas mis nietas, Enrique”, me dice Leonor.
- Al entrar no me he parado, pero al salir ha sido como en el Hall del Real, Hola por aquí, hola por allá y luego, eso sí, los lascivos comentarios de Antoine: “¿Has visto que buena está la nieta de Leonor, Enrique?” – Le tengo que recordar a Antoine que la niña debe tener menos de 20, pero él insiste; “¿Menor?, la tendrías que ver los lotes que se da con el maromo en el Pub de la madera en La Playa”
– Ah, luego me toca aguantar dulcemente a Arturo y sus nostálgicas Misas en el Aaiún cuando hacía la Mili en Regulares.
- Juan, el viudo y jubilado sin rumbo, siempre llora; “Enrique, que quieres que te diga, es que me acuerdo mucho de ella y de todo el daño que le hice. Yo es que fui muy golfo”
– Pero al final, lo mejor llega con Pepe, (el sindicalista hasta la muerte), que al verlo le pregunto; “¿Pepe, tú por aquí?” – “No, Enrique, solo vengo a saludar y a llevarme a Juan y a Antoine al Lloc para hacernos la Cervecita con una de rellenas. Ah, por cierto, has visto que buena está la nieta de Leonor. Les voy a decir si se vienen con nosotros” – Tentador.
– Ah, luego me toca aguantar dulcemente a Arturo y sus nostálgicas Misas en el Aaiún cuando hacía la Mili en Regulares.
- Juan, el viudo y jubilado sin rumbo, siempre llora; “Enrique, que quieres que te diga, es que me acuerdo mucho de ella y de todo el daño que le hice. Yo es que fui muy golfo”
– Pero al final, lo mejor llega con Pepe, (el sindicalista hasta la muerte), que al verlo le pregunto; “¿Pepe, tú por aquí?” – “No, Enrique, solo vengo a saludar y a llevarme a Juan y a Antoine al Lloc para hacernos la Cervecita con una de rellenas. Ah, por cierto, has visto que buena está la nieta de Leonor. Les voy a decir si se vienen con nosotros” – Tentador.
- Camino de casa me preguntaba si Goethe tenía razón cuando dijo aquello de que el comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen.
- Ah, que pena, lo de ir a Misa ya no es lo que era ¿Verdad?... claro, ahora es mejor, más tentador.
- Ah, que pena, lo de ir a Misa ya no es lo que era ¿Verdad?... claro, ahora es mejor, más tentador.
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La vida, amigo, es así... Podemos darle muchas vueltas, pero la vida es así
ResponderEliminarUn abrazo
Y el caso es, amigo Ildefonso, que yo la acepto como es.
EliminarFeluz domingo
Vaya tú lo has dicho: como ir a la Ópera, jajajajja
ResponderEliminarNo, creo que lo has dicho tú, amiga Tracy, pero es cierto, nada como la ópera para todo
EliminarQué bueno el análisis de la misa de 12! Ahora, lo que ya no se da, son aquellas señoronas que agitaban a cualquier movimiento de manos, ora para santiguarse, para abanicarse o para saludar a algún conocido, las numerosas pulseras de oro que adornaban sus muñecas. Qué sonido más de misa de 12! Ahora las joyas las tienen en la caja fuerte o empeñadas muchas de ellas por lo del 0,25.
ResponderEliminarAy, Conchita, el 0,25 nos ha dado vida. Estuve en la manifestación del sábado, por la mañana y por la noche, y la cosa fue inmensa. Unas cgharlas de lujo.
EliminarFeliz noche, amiga
Igualmente. Un buen libro y... a la cama. Ya sabes, en cama, ebook.
EliminarFeliz y algo menguada semana.
Una gran prpuesta, Conchita. Feliz semana santa
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