lunes, 16 de abril de 2018

Suspirando por volver a empezar a los 67


Xavier Miserachs. "Barcelona, 1962" Hombre leyendo en el balcón de la "Pensión La Favorita", en la calle Arc de Sant Pau.



16 abril 2018


"Yo no sabía cómo volver, Enrique, puse mis ojos en aquel vendaval humano, un torbellino de fuerza inenarrable ... una mujer inexplicablemente fuerte, bella, eficaz ... y deseablemente fértil. La amé cómo no lo había hecho con nadie en toda mi vida. Murió de una enfermedad indescifrable dejándome dos hijos y a sus ancianos padres conmigo, pues no tenían donde ir. No pensé en volver hasta que ella se fue, allí no tengo nada, he vuelto para no marcharme ... pero me los traigo a todos ... además ...".

Uno más de aquellos hoy viejos veteranos de las obras de la División de Obras en el Exterior de cualquier empresa Constructora de la época, Josep, joven ingeniero entonces, se marchó a construir unas importantes obras hidráulicas en Perú,  en Arequipa, en los 80. Tras tres años de duras experiencias y pocos viajes de retorno, conoció a una maravillosa peruanita que lo conquistó mientras trabajaban juntos en esas obras. De la amistad se pasó al compañerismo profundo y de ahí al amor irrefrenable. Josep, cuando se marchó al Perú,  dejó mujer y un hijo en Barcelona de los que no supo nunca nada más pues ella, la mujer de Josep se fue a vivir con sus padres a Salzburgo cuando ella se enteró por la empresa de Josep que éste había decidido dejar la empresa y que allí, en Arequipa, tenía otra vida.

El además con que he terminado la, más o menos exacta cita de lo que me contó ayer Josep en el Ateneo de los veteranos del carril constructor, era que su hijo, (el de Josep), muerta su madre, se vino a España a ejercer de guía turístico en la Costa Levantina ... en Benidorm y desde ahí, hace un año, localizó a su padre en el Perú con la ayuda de antiguos compañeros de él, de Josep, y le dijo que lo quería conocer.

Josep me lo contaba emocionado, iba a conocer a su primer hijo y que soñaba con tenerlos a todos, a los tres muy cerca de él.  Busca casa en la Costa para ver de cerca la felicidad que perdió hace muchos años. Sus dos peruanitos están cerca de los 30 y sus suegros de los 90, pero él cree que aún tiene tiempo de ser feliz y de hacerlos felices a todos ellos.  Su economía es boyante y su salud es buena, es joven - solo tiene 67 - y muchas ganas de volver a serlo, de ser feliz ... y mucho más ... de ejercer de abuelo, pues se acaba de enterar de que que lo es ... aunque ese nietecito apenas hable español.

El mundo de las obras, de los viajes, de la aventura ... ¡¡¡qué mundo!!! ... ¿Verdad?  ... ¿Valió la pena ... Josep?


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4 comentarios:

  1. QUÉ HISTORIAS MÁS ENTRAÑABLES NOS CUENTAS Y QUÉ BUEN "ESCUCHANTE" DEBES SER PARA QUE TUS CONOCIDOS VUELQUEN EN TI SUS ALEGRÍAS Y SUS PESARES.
    NO SIEMPRE SE ENCUENTRA UNA PERSONA CON QUIEN CONVERSAR, ALGUIEN QUE TE ESCUCHE. Y AUNQUE A VECES RESULTE UN EJERCICIO DE PACIENCIA, DEBERÍAMOS PRESTAR ATENCIÓN AL QUE NOS CUENTA SUS BATALLITAS, NO?
    SALUDO CARIÑOSO

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    1. Así es, amiga Conchita, son batallitas muy fáciles de escuchar. La gente cuando habla con el corazón desnudo resulta emocionante y muy aleccionador, escucharles.
      Feliz tarde, amiga.

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