Murcia querida
“Andaba por las ascuas de la hoguera de mis recuerdos, buscaba algo que me hiciera entender que nunca quise hacerle daño a nadie, no podía mantener la heridas de mis remordimientos sin que sangraran lágrimas ácidas sobre las astutas y acusadoras sombras de las mas oscuras esquinas de mis sentimientos, nadie parecía oír mis lamentos, todo era torpeza tras su erguida mirada acusadora, ella pasaba por mi lado sin que yo la viera y nadie me lo advirtió, ella siguió apoderándose de mi hasta que hizo lo que nadie nunca pudo hacer. El amor sangra por las heridas de los sentimientos, si, pero ella no me mató, solo me poseyó y ahora vive conmigo y con mi desamor, ella es peor que el mismo satanás, nunca me abandonará, no me deja vivir, Enrique”.
- ¿Y como se llama esa rahez compañía, amigo mío?
– “Traición, Enrique, traición se llamaba y se llama, por ella dejé mi vida en otra parte y ahora no se vivir”
– “Traición, Enrique, traición se llamaba y se llama, por ella dejé mi vida en otra parte y ahora no se vivir”
N: De mis recortes del L-III, en eterna construcción.
Buen recorte, dan ganas de leer más.
ResponderEliminar¿para cuándo se estima la construcción final del L-III?
Abrazo Enrique!
Lo mejor, amigo Frodo, es tener siempre una obra inacabada, se paga más, ese trabajo, el de vender o terminarlo, se lo dejo a mis nietos.
EliminarUn abrazo, amigo
Buenas noches Enrique, me da curiosidad.
ResponderEliminarQué es es Llll? Uno de tus obras inacabadas? Debe ser muy difícil poner punto final a un libro, creo que siempre pensarás que te ha quedado algo incompleto.
Tampoco está nada mal ir conociendo algún fragmento de ese libro que algún día será una realidad. Ánimo y a por ello.
Ay, amiga, el L-III es mi Libro 3, me gusta ponerlo así, que casi no se entienda.
EliminarIré scando trocitos rotos de ese inacabado libreo por aqui y por Wordpress.
Un abrazo, Conchita