15 diciembre 2019 (2016 - 2014)
Hace muchos años, muchos, conocía a una niña que tenía un corazón de oro, palabras de ángel y sabiduría de un científico. A los 14 le perdí la pista, ella se fue al Conservatorio y yo a Pedralbes a estudiar como controlar el ladrillo bien puesto. No recuerdo su nombre, creo que se llamaba Anna, pero cuando salíamos al recreo, (niños y niñas íbamos a clases diferentes), se hacía llamar Elvira, Elvira Madigan. Tardé algunos años para que me dejaran conocer a Mozart y algunos más saber por qué se llamaba así uno de sus temas más conocidos.
Querido que la vida nos de salud para continuar con esta amistad de magia
ResponderEliminarAsí es, querida Mucha, soñando con los ojos abiertos ... o cerrados, da igual, lo importante es ser feliz, o creérselo.
EliminarUn abrazo poetisa de América
La amistad... qué cosa más maravillosa.
ResponderEliminarA veces es, incluso, eterna, querida Tracy
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