lunes, 23 de diciembre de 2019

Hay gente que no debiera morir nunca y otras …

23 diciembre 2019

“Hay gente que no debiera morir nunca y otras … quizás, no debieran haber nacido, Enrique” 

– Salir a comprar un pollo en un día tan cercano a la Navidad requiere un valor necesario para todos aquellos que ya poco mas le debiéramos pedir a la vida, si acaso, como las mismas momias, eternizarnos en este momento, pero poco más, por eso, cuando sales y en la cola del Pollastre Alacantí te encuentras a un amigo de esos que llevas cien años sin verlo, no puedes, por mucho que tu alma te pida, al igual que esa horrorosa costumbre de ver al muerto en el tanatorio, no habértelo encontrado. “¿Tú eres Enrique, verdad?” 

- Miguel, que así se llama mi reencontrado amigo de hoy, dejé de verlo en el 97 porque decidió creerse que el mundo estaba en otra parte y eso, aunque a todos nos ha pasado, a él le dio por escoger el lado oscuro de sus sentimientos para hacerlo. En pleno boom inmobiliario decidió largarse a vivir una vida mejor con lo que los mas viejos aún seguimos llamándole la otra, que en esta caso era cubana y, aunque estaba buenísima de la muerte, tenía menos coco que cualquiera de nuestros Ministros. Miguel se fue a Valencia, se metió a Promotor Inmobiliario en el 96 y ganó mucho dinero en pocos años. Triunfó, se emborrachó de poder y de la noche. Se separó y se casó con la cubana que hoy ya no vive con él, tampoco. Hoy Miguel no tiene a nadie con quien pasar la Navidad. Los suyos, los que lo hicieron feliz hasta ese fatídico 96, no quieren saber nada de él. 

- “Solo me quieren los Bancos, Enrique, y lo hacen para despellejarme. No tengo nada, solo deudas y ahora, para mayor desgracia, persiguen a mi exmujer porque las deudas las contraje, aunque ya vivía con la cubana, antes de estar formalmente separado”.

– Un personaje que parecía extraído de la misma Oliver y que, al parecer, venía con él, le dice; "Miguel, con medio pollo será bastante, ¿verdad?, no tengo mas que cinco euros”.

- Hoy he gastado mis cinco euros de la solidaridad en alguien que nunca lo sabrá apreciar y que nunca escuchó a nadie mas que a su propio ego, pero, si, creo que ha valido la pena. Me siento mejor. 

Dejo esta canción que me pirra, casi, desde que era niño que, aunque parezca que nada tiene que ver con esta historia de hoy, la tiene, si, y más de lo que parece.