martes, 3 de diciembre de 2019

Lamentándome, el dietista, el Hostias Lucía, la antigripal y … ¿Qué me importa el mundo?


Fotografía de Roman Vishniac
03 diciembre 2019
– Irá siendo hora de que despertemos del letargo emocional negativo y vayamos pensando que ya hay luces de Navidad por todas las calles y comercios y que nuestros males no son, ni los únicos, ni los más importantes para este mundo de descerebrados que nos rodea por cualquier parte donde queramos mirar, sentir y sufrir.
– Ya tenemos nuevo Parlamento y nuevo Senado y el personal empieza a creerse que quizás será bueno y hasta necesario, que las neuronas de nuestros políticos abandonen el ego propio, que dejen de putearnos y se dejen llevar por eso que debiera ser lo importante para ellos: “Adquirir voluntad de servir a quienes pacientemente les votan”.
– Fotre, mientras escribo esto último, (en el párrafo anterior),  oigo a mi otro yo partiéndose la espalda y el culo, riéndose a lo bestia por mi indocumentado conocimiento de la realidad del alma y conciencia de nuestros políticos.
– Ayer mi dietista obligado, (quiero decir que me obligan a verle), me dice, entre otras martirizantes noticias, que son 50 gr de azúcar lo que se puede tomar en un día cualquier humano sensato, tomar más es peligroso para la salud. Yo no tomo azúcar ni con el café con leche – le digo. No, si el azúcar no está en la bandejita con los terrones, no, está en todas partes, fíjate en los envoltorios de lo que compras y léete el contenido – me contesta.
– Como la niña de ese vídeo viral en el que suelta un “Hostias Lucía” cuando su amiga dice votar a Vox, a mi me entra la misma depresión soltando frase parecida al descubrir que no hay leche, ni la natural, que no lleve azúcar. La super ecológica, desnatada y no sé que cosas más que vende Consum, por ejemplo, tiene 12 gr por vaso que te tomes, igual e igual que Mercadona, Supercor y Carrefour.
– XD, ¿Desde cuándo la vaca echa azúcar al muñirla? “Hostias de sociedad de consumo dlc” ¿Quién consiente ese asesinato? ¿Quién controla a los fabricantes de la bollería, del pan, del tomate envasado y de otros cientos de productos, pues todo lleva azúcar? ¿Será que el Gobierno quiere que seamos todos diabéticos, obesos o, simplemente, “mataos” para reducir paro y pensionistas?
– Por último y para acostumbrarme a que eso de las promesas electorales es puro excremento verbal, he aguantado pacientemente encerrado durante tres semanas en una urna medioambiental imaginaria pero de vida de monje tibetano, para no ser atacado por algún virus gripal, pues ese tiempo es el que me dieron, (tres semanas), tras tener que pedir cita previa, para ser vacunado ante la gripe que viene y que ya está por aquí. Todo ello lo hacen, sin duda, para que palmen los jubilados y otras gentes de mal mantener, y/o para demostrarnos que una cosa es estar en la Oposición al Gobierno y otras es gobernar.
– Definitivamente y ya no cuento más alegrías, la solución no está en eso de votar bien, no, la solución está en aquello que me decía siempre mi Santa madre y que yo me aplico en momentos como el actual: “Lo importante no es ser feliz, lo importante es creérselo”. Y eso debe ser así porque estamos tan acostumbrados  a ser flagelados que, inexplicablemente, les seguimos votando y con ello seguimos siendo felices, por eso yo mismo hoy estoy feliz: “¡¡¡Voy a ser vacunado con la antigripal!!!” y todo lo demás no importa, como decía la gran Rita Pavone en esa enorme canción:
Que me importa el mundo,
Cuando tu estás muy cerca de mi…