jueves, 27 de febrero de 2020

Las indirectas que no van dirigidas a nadie son las mejores


27 febrero 2020

Hoy, mi amigo Juan, el chico cincuentañero que ama la promiscuidad desde el mismo día que le dijeron lo que era, en un alarde de genialidad oculta, se desmadró para lanzarnos uno de sus dardos envenenados y que, como es natural,  muy pocos supieron calibrar y entender, en su justa medida:

"Las indirectas que no van dirigidas a nadie son las mejores, por que van rebotando de gilipollas en gilipollas, efecto pim-pam, hoy efecto viral Corona "nosequé".

Yo, intentando salir del paso y ante el silencio general de todos los cafetulianos, solté una de esas frases solemnes que solo se me ocurren cuando salgo de Misa de 10: 

"No caigamos en la fecundidad absoluta de la estupidez que sólo se produce en humanos, como única especie empeñada en su extinción."

Fotre, Enrique, cada día te quiero más por lo bien que te explicas - me ha dicho el restaurador arrocero del reino alicantino y yo, como no, me quedé más a gusto que un marrano en un charco o que un caballo cuando le dan sabana, que no es lo mismo, no,  pero ...