22 febrero 2020
- Anoche me preguntaba un tipo al que no conozco de nada y que iba vestido de Guardia Urbano, si duermo mal ... "no, solo chillo, me doy vueltas como arrastrando el peso de un camión y además sueño contigo". Dejó de hacer preguntas.
- Otro compañero de escena, vestido de dinosaurio, consigue que casi me de un infarto cuando detrás de mí y en mi hombro, noto una mano asquerosa que me intenta matar o yo que sé - ¿Enrique, te pasa algo? - El grito se oyó hasta en los lavabos, lo cual noté cuando me acerqué a eso de sangrar y descargar, la nuez urinaria, pues los suelos estaban como si los que me hubieren precedido llevaran un aspersor en la punta de la paloma del placer sexual imposible ... como si hubiera llovido, vamos.
- Otra sesentañera de muy, pero muy buen ver, se me acerca con su antifaz y algunas cosas más de mucho colorido, y me dice: "Hola guapo ¿Quieres tomar una copa conmigo?" ... casi me desmayo. Luego resultó que era Matilde, esa amiga de toda la vida y que su marido es médico cirujano y que fue el que me recuperó.
- Con toda la Fiesta carnavalera en marcha y ya repuesto, se acerca a nuestra mesa un tipo con un disfraz de camarero, antifaz y gorro prusiano, pero antes de que llegara, intentando hacerme el gracioso, le digo ... "Mira, ya está bien de cachondeo conmigo, si llevas copas de regalo en tu traje ya las puedes sacar y si no dile al camarero que venga" ... "Pero coño, Enrique, si soy Franz, el camarero de todas tus noches por aquí". Todos los de la mesa se partían lo que hay al final de la espalda y yo "rojo/colorao" ... también, pero a mi me dio eso que llaman, "noséporqué", risa floja la cual no podía parar, ni paré hasta que, como la canción de Sabina, me dieron las dos y las tres.
- La noche acabó bien, bueno que yo recuerde, claro, pero eso del carnaval parece que, en mi nueva condición de "Enrique Sentado", se me ofrece como una alternativa aceptable, muy aceptable, y como dicen los treintañeros hijos del cirujano: "Last night was a great night, a mother fucking night".
- La vida es la que tienes, la que has tenido o la que viene, está fuera de tu alcance variarla o cambiarla.
- No importa tu condición, ni tu salud, ni la edad, ni tu falta de movilidad, el alma vive siempre donde tú estés y en ese justo momento. ¡¡¡Vivamos, pues, cada momento y disfrutemos de él como si fuera el último!!!
¡Viva la madre que te parió!
ResponderEliminarMe he puesto colorado, Tracy.
EliminarDanke