miércoles, 22 de abril de 2020

Por favor, no, no llamen al 112, nooooo!!! ... tengo 73 años

Publicado el por 


22 abril 2020
-Pies en suelo y vista al infinito del efecto pictórico-paisajístico que ofrece la ventana del dormitorio. Fotre, cierro la ventana pues el viento me echa para atrás, más, incluso, que ver un telediario.
-Paso de verme en el espejo del baño, (estoy de su retorno hasta la coronilla) y hago ver que no me veo para no acordarme de cuando no me asustaba por ello.
-Pongo la radio y me cantan, tras un minirelato de presentación que me hace llorar, cada día un poco más, el Facciamo Finta Che.
-No tengo más remedio que verme en el espejo, para no hacerme una sangría en la cara, y hasta me gusto. Entonces me doy cuenta que aún no me he puesto las gotas para la lágrima seca.
-Me pongo medio decente pues hoy viene el empleado del Super del Corty, no sea que me denuncie por viejo maltrecho y me mande al Hospital, como le ha pasado a Arturo, que se ha visto morir cuando ha empezado a toser en la cola de la panadería y del traqueteo ha tropezado y se ha caído al rahez suelo. ¡¡¡Por favor, no, no llamen al 112, nooooo!!! – gritó Arturo cuando vio que todos se apartaban de él. Me lo contaba él, con voz aún temblorosa, en un wasap de audio de hace un rato, donde temió que a sus 73 lo llevaran a paliativos, directamente.
-Enciendo el smartphone, el smart tv, el PC y apago la radio. El teléfono parece el campanario de la Iglesia del pueblo del Lluçanes que me remedió el asma infantil, tocando a muertos o a “venga vecinos que ya es hora de ir a Misa”. Nunca había recibido tantos mensajes de todo tipo y en todas las redes sociales … en todas. Alguna vez, ahora, me pregunto quien coño puede aburrirse con tanto trajín electrónico y virtual, en la casa de cualquier vecino.
-Al final, y mientras espero al personal del reparto del super, me pongo a curiosear por la red y encuentro, entre mis páginas musicales favoritas, unos versos que forman parte de la letra de una gran canción que no quisiera dejar de recordar aquí, ni esos versos, ni la canción:
Viene el tiempo
Cuando nos dirigimos a una cierta llamada
Cuando el mundo debe unirse como uno
Hay gente muriendo
Y es tiempo de darle una mano a la vida
El mejor regalo de todos