30 mayo 2020
– Una joven amiga de mi edad y de mucho mejor ver que yo mismo con treinta años menos, me manda su saludo matinal de este radiante sábado, escribiendo: “Feliz Domingo, Enrique“.
– Los auriculares inalámbricos Sennheiser que me compré para oír la TV en mi nuevo Smart tv sin molestar a nadie, dada mi creciente sordera, solo me deja oír las cadenas que no son HD, que, como sabéis, son las menos y no las más vistas. Llamo al Servicio Técnico y me dicen que si sé tocar la guitarra, más o menos. Luego probaré a ver si funciona con el SOURCE de Movistar+.
– El admirable frutero de La Huerta de Muchamiel, me trae la fruta y la verdura a casa con un embalaje propio de un laboratorio microbiológico y todos los productos doblemente envasados, en un alarde de creatividad empresarial para seguir dando servicio a sus confinados clientes, como buen autónomo que es. Tanta alegría me ha dado verle que casi pierdo la razón cuando lo veo y he estado a punto de darle un criminal abrazo en el mismo rellano del ascensor. “Distancia, Enrique, distancia, tiempo habrá de abrazarnos más adelante cuando todo esto pase” – me ha dicho.
– Me asomo por la ventana y veo a un grupo de viejos de mi edad sentados en un banco del paseo, todos juntos y algunos de pie, por cierto de seis solo uno con máscara, y los que están de pie van cogiendo y repartiendo, de la neverita en suelo las cervezas en mano a cada uno que le pide. Ah, eran casi las dos, es decir, el horario de yayos a tpc.
– Mis vecinos de pared con pared, se reúnen, desde hace dos con éste, todos los fines de semana con unos quinientos amigos que desde las doce del mediodía y hasta más allá de las doce de la noche y sin parar, ponen música a tope, primero con la estridencia de Creedence Clearwater Revival, Teen Tops, algo de Elvis, Vivas a la Patria, muchos Hurras, Hip-Hip, luego cánticos de Sabina, por la tarde vueltas a la Patria querida, Bachata, Reguetón y por la noche, algunas de Manolo Escobar coreadas a voz en grito cazalloso y el himno de Alicante como despedida. Una delicia. Hoy toca y han empezado con el Malamente de la Rosalía.
– Noto que últimamente me pasan cosas que antes no solían sucederme, pero creo que lo que debe estar pasando es que la mayoría de los ocupantes del mundo que me rodea se están volviendo como yo y a mi ritmo, locos de atar o algo tocaditos del ala.
– Hasta tal extremo esta avanzando mi locura que, ahora mismo, cuando han vuelto a poner mis vecinos, (se han encaprichado con la niña), lo de Malamente, me he puesto yo a bailar, dando saltos en potencia y palmas … ah, locos y cariñosos, claro, no todo va a ser malo … hip.
Estamos todos locos de remate
ResponderEliminarTotalmente, amiga Tracy
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