
20 agosto 2020
-Bajé a la urbanización para andar un rato por lugares planos y sin resaltes, para tener carga de vitamina D.
-En cuanto pisé el suelo exterior, un millón de pequeñas y bellas nubes escondieron el lindo sol de este agosto pandémico.
-Esperé unos diez minutos y me aburrí de esperar, pues calor sí hacía. Levante el culo de mi banco favorito, observé mi vegetal amigo, le dije adiós y me subí al territorio familiar.
-En cuanto llego a casa, me asomo por la terraza y el sol era de justicia, radiante como nunca y ni una sola nube.
-Me senté en la silla de mi despacho y me pregunté: ¿Una premonición? ¿Quizás un aviso?
-Cogí mi libro de notas y encontré a Neruda intentando contarme algo: “Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no sería igual”.
-Ahora, sin pensar en nada más, quedo leyendo “El Domingo de las Madres” de Graham Swift, una bella y cruel historia de amor.
Ya nos contarás del libro cuando lo termines.
ResponderEliminarUna historia magnífica, Tracy. Vale la pena, es algo cruel y hasta triste, pero no te permite dejar de leerlo hasta que lo acabas.
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