31 octubre, 2020 por
31 octubre 2020
-Andar recogido en casa y sin agenda alguna, es algo que se convierte en complicado cuando, además, tu tiempo, el que te queda, ya no es tu principal capital.
-Es peor, si cabe, que con ello empiezas a instalarte en las creencias del nihilismo, como principal reflexión de tu desconocido espacio futuro.
-Un amigo me manda un meme con el cual ha conseguido que me ría un poco:
-Pero nada importa, al rato de tomarme mi Paulaner me vengo arriba y me pongo a cantar esa vieja canción de Jacques Dutronc que tanto me pirra:
Sept cent millions de chinois
Et moi, et moi, et moi
…
Comme un con de parisien
J’attends mon chèque de fin de mois
J’y pense et puis j’oublie
C’est la vie, c’est la vie
J’y pense et puis j’oublie
C’est la vie, c’est la vie
-Por último y después de intentar dar dos pasos de baile al estilo del cretino del Trump, me he sentado en el rincón de mi olvido y me puse a leer algunos pasajes del cuerdísimo Ignatius Reilly y sus alocados razonamientos, lo cual me devolvió al mundo en el que tan felizmente vivo, al margen del confinamiento y de esos momentos en el que el alma parece perecer:
“Sólo los degenerados hacen turismo. Yo, personalmente, sólo salí de la ciudad una vez”
Buen meme de Homero!
ResponderEliminarTambién buena canción.
y me dejaste pensando en que conocía a ese tal Ignatius... y claro! cuando pasé por el enlace me di cuenta que era el de La Conjura de los necios.
Abrazo grande, querido Enrique
Un chico brillante y astuto, Frodo, eso es lo que eres.
EliminarUn abrazo de domingo
Una entrada irónica donde las haya y con tintes amargos que ni si quiera Homero logra descartar, es más, yo diría que subraya.
ResponderEliminarAY, QUERIDA AMIGA tRACY... AY.
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