
25 enero 2022
– Quise llegar y lo logré.
– En el intento dejé una importante parte del alma que se rompió en esos terribles pedazos que son como cuchillos que se clavan en el lugar más hiriente de los arrepentimientos.
– Volé alto, muy alto, pero las plumas comenzaron a caer y no me di cuenta …
– Herido y con el alma en el purgatorio, decidí romper el vuelo, dejar que la sangre fluyera en las heridas hasta que purgasen por ellas todos los pecados que impone la soberbia, la indignidad y la vida fácil.
– Pensaba morir en el estanque más próximo, sumergiéndome en sus aguas hasta empaparme en el dolor del olvido, pero apareció Clementia. Ella me rescató de esas profundas y negras aguas y me hizo volver a mi mundo, al de los sentidos, me sentí capaz de engendrar nuevas emociones y volví a volar.
– Nunca mejor es estar donde el alma es feliz, ese es el lugar donde estar. Aprenderlo, no siempre es fácil.
– Las pasiones descontroladas, el éxito desmedido… difíciles de asimilar y de administrar.
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Bien lo dices, hay que estar donde se encuentra la felicidad, y no la vanidad del éxito perseguido que angustia y deja cuerpos pisoteados. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos, así es.
EliminarUn abrazo.
Nunca es tarde para volver a levantar el vuelo. Me alegro infinito por esa diosa Clementia que llega cuando apenas hay esperanza. ¡A volar se ha dicho!
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Mara, sin Clementia no sería posible.
EliminarUn abrazo de martes.
Siempre hay una Clementina, ya sea persona o circunstancia que nos ayuda a levantar el vuelo. Esa es la grandeza de la vida.
ResponderEliminarSiempre, así es, Tracy.
EliminarYo creo hay que busca el equilibrio en toso. Te mando un beos
ResponderEliminarEso es lo ideal, a veces utópico, amiga Judit, pero sería lo ideal.
EliminarUn abrazo.
Si encontramos momentos de felicidad, hemos de ser conscientes de todo lo que ello supone, y saber disfrutarlos.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Una magnífica forma de entenderlo, Ildefonso. Me gusta.
EliminarHay un amigo mío que lo cuenta de otra manera muy castiza: "que me quiten lo bailao".
Un abrazo fotógrafo.
Nunca dejar de volar, Clementina llego a tiempo.... Saludos amigo Enrique.
ResponderEliminarClementia es la Diosa del perdón y la más querida por muchos pecadoreres, Sandra.
EliminarUn abrazo fuerte.
Este tipo de metas..., alcanzables, ¡alcanzadas!, no siempre pero sí que pueden acabar como el guion que describes.
ResponderEliminarClemencia. No siempre sostiene ese nombre... Pero las consecuencias de sus intervenciones suelen ser similares.
¡Bienvenido!
Abrazos Enrique.
Gracias, Ernesto, captado tu mensaje.
EliminarUn abrazo.