martes, 11 de julio de 2023

¿A qué hora tenemos cita?

 

Imagen: Vadim Stein


11 julio 2023

- Me fui al SPA de la Salud para ver si podía volver a mi situación anterior al dos de julio ...

- Me senté en la sala de espera y allí una bella mujer, más o menos de mi edad, me pregunta lo clásico: ¿A qué hora tenemos cita?

- Sorprendido y pensando que me preguntaba por mi hora de cita:  A las nueve y diez, le dije.

- Gracias, me contestó, y apostilló: menos mal que tú te acuerdas de todo.

- La miré con cara de querer empatizar, la observé con detenimiento, no parecía que yo la hubiera visto jamás, pero con mi pasado (firma notarial de unas diez mil compraventas de viviendas en los últimos quince años de vida profesional) es más fácil que me conozcan a mí, más que yo mismo a los clientes, pero me abstuve de hacer comentario alguno.

- La bella mujer no hacía más que mirarme con cara de fatiga e insatisfacción. De pronto empezó a preguntarme: ¿Crees que estarán dentro? ¿Dale unos golpes a la puerta y pregunta si hay alguien y cuando nos toca?

- Miré a mi alrededor por si se estaba dirigiendo a otra persona, pero no había nadie más, así que le pregunté: Señora, ¿habla conmigo?

- Claro, Antonio, claro, llevamos aquí media hora, la puerta no se ha abierto y tú, cariño, deberías hacer algo.

- Antes de que yo pudiera repreguntar, entró en la sala, de modo apresurado, un muchacho de la edad de mi hijo (de unos 50 años), justo y a la vez que se abría la puerta de la consulta del médico y dieron un nombre ... "¡Blanca XXXX!". El muchacho cogió a mi bella compañera de espera y con un muy amable "Vamos Mamá, te llaman", entraron en la consulta.

- No me di cuenta de que detrás del muchacho había entrado una chica de corta edad (unos cuarenta años) que se sentó a mi lado. Hablamos y acabé preguntándole si "Blanca" era su Madre y me contestó que no, que era su suegra. Venían ella y su marido de reclamar rapidez a la visita pues Blanca se había desmayado en el sofá de su casa y que por eso la habían traído aquí. Prosiguió ...

"Mi suegra quedó viuda hace un año, cincuenta y seis años de matrimonio, tuvieron un accidente de coche en la subida a Alcoy y ella quedó atrapada, pero su marido murió. Ella sufre unas enormes secuelas del fuerte golpe en la cabeza que sufrió en el accidente ... cree que su marido (Antonio) no ha muerto y suele confundirlo con cualquier persona que se le acerque."

- La historia me hizo comprender lo afortunados que somos con nuestra suerte y de que, demasiadas veces, no tenemos derecho a quejarnos de nada por muy dura o injusta que nos parezca nuestra existencia.


@etarragó


Cinco de mis mejores refugios


.




12 comentarios:

  1. Tal vez sea mejor que no lo sepa. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Susana, la ignorancia nos hace sumisos ... y felices.
      Feliz jueves.

      Eliminar
  2. Nunca debemos quejarnos, si miramos hacia atrás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca, Tracy, yo he aprendido a hacerlo desde niño, seguramente todos los de mi generación sepamos hacerlo.

      Eliminar
  3. Siempre hay que agradecer lo que tenemos. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay una canción de Serrat que dice:
      "No hay nada más bello
      Que lo que nunca he tenido
      Nada más amado
      Que lo que perdí"
      Un abrazo, escritora.

      Eliminar
  4. Impresionante texto, amigo... La realidad supera mil veces a la ficción... Tremendo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es así, amigo Ildefonso.
      Sigamos viviendo y queriendo hacerlo.
      Un abrazo, maestro.

      Eliminar
  5. Con lo que estoy pasando actualmente con mi madre, Enrique, estoy total y absolutamente de acuerdo contigo.
    Es enternecedor que te expreses así de una compañera de asiento por breves momentos, una desconocida.
    ¿Dónde han quedado los hombres como tú?, de haberme encontrado -solo uno- en el camino, hubiera cambiado mi forma de pensar renuente al matrimonio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay mucha gente como yo por el mundo, Maia, encontrar una persona que nos pueda hacer mejor nuestra vida, a veces, pura casualidad.
      Un abrazo muy fuerte.

      Eliminar
  6. Así es, Enrique, por eso es bueno mirar, saber del otro, para saber que sus sufrimientos, sus dolencias son peores, más espinosas que las nuestras. UN abrazo, apreciado Enrique. Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, amigo Carlos Augusto, la vida es bella hasta que hacemos que deje de serlo. Vivamos.
      Un abrazo.

      Eliminar

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/