El tiempo pasa, nos vamos .......

17 febrero 2009: 

Ayer, comí en el Restaurante Dársena de mis amores y sin darme cuenta vi que el gran Emilio, el gran recepcionista ya no está, el que hacía de maitre ayer ahora está en la recepción y el muchacho que antes ponía el pan es ahora el encargado de la sala.

Me decía mi acompañante; oye, se nota que te conocen aquí, pues si, decía yo, pero el caso es que a éste que tanto me saluda no lo recuerdo y es que después de mirarlo y remirarlo me di cuenta que éste, el que me daba un esforzado trato de favor, le habían caído algunos años encima, no se si tantos, pero quizás los mismos que llevo acercándome por este agradecidísimo local de sabores celestiales y enfermitiernos de mis vísceras terrenales.

Y es que ya han pasado algo mas de treinta años desde que me "inicié" en este restaurante de mis amores, aquél en el que mi querido Martín de Eyries confesó reconocerme que hacían el mejor arroz del mundo en una de sus visitas en 1988. Lo mismo opinaba mi también muy querido José Manuel Galindo, arquitecto de lujo de nuestras obras de entonces en Alicante, allá por los años 80/82. Nombraría tantos, (quizás algún día lo haga), que no cabrían hoy en diez llenos de este siempre abarrotado local, que, por cierto, ha cambiado de lugar, pero no de vistas.

¿Y que ha pasado?: Pues que algo muy interesante ha hecho que maduren en mi mis mas molestos y modestos sentimientos de original perturbación congenitopensante que me hacen rendir pleitesía al tiempo en todas sus formas; Incomprable, irrecuperable, indeformable y valiosísimo, mas que ninguna otra cosa en el paternal, e infernal, mundo que nos han dejado vivir y sufrir.

Por tanto, hacerme un favor queridos amigos y followers: No permitáis que pase sin que os deis cuenta, Aprovechadlo al máximo y aplicaros sus formas a vuestro estilo de vida, os irá mejor y vuestra sabiduría será extrema y, quizás, eterna.

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