sábado, 4 de julio de 2009

Las vacaciones de verdad




04 julio 2009


Coge a los niños, las maletas y aguanta 6 ó 7 horas de caravana hasta llegar a Alicante, a Santander o a Lourdes. Es impresionante ver lo que hacen, lo que hacemos, para liberarnos del "que dirán" si no viajamos, y para ello lo hacemos aunque sea a Ribagorda.
Le preguntaba anoche a un tertuliano de la mesa contigua donde celebraba mi día orgiástico, entre "dameló, dameló, mi negra", que si valía la pena haberse pegado el madrugón y el colocón de asfalto que acababa de sufrir, para estar aquí en La Terreta conmigo, y con otros, claro. Me dijo muchas cosas, contenido ninguno, bueno, a lo peor, estaba yo mas pendiente del "dameló...." que del tal vecino de mesa, pero lo que me quedó fueron frases sueltas, de esas que no te puedes imaginar que alguien las pueda decir alguna vez en serio, es como si las hubiese contado un gobernante patrio o un periodista mediático, eran cosas así: "mira tío; esto de viajar en vacaciones es como lo del Dominguín y la Gardner, lo mejor es contarlo", "el que no tiene un viaje para contar en septiembre es como si no tuviera nada", "comemos del MasyMas tío, pero fotos a mogollón", "lo que importa es estar y mandar muchos mms con fotos del lugar". Pues que quieres que te diga; a mi me gusta lo de Begoña y lo de Fernando y Charo, pero lo del Dominguín, pues no, nunca me ha gustado. No me oyó, no tenía intención de hacerlo, era él el que hacía ver, entonces, que se había enredado con la del "el moreno baila....". En sus ojos noté que se le había quedado un; "Yo tengo una secretaría muy eficiente ..."
Me levanté y me puse a darle entonces a "dameló mi rey" y a "la máquina....", "tararán, tararán, la máquina", genial. Cuatro horas de música y desenfreno musical tipo dance-80 y spain south, esa es mi noche orgiástica, cuatro pastillas, una de prevencor, un ursobilane, un carduran8 y un no se qué, mas una de carnitina y un zumo de la leche de bueno. Orgía total.
Esta mañana me he ido a mi piscina, a la de la "urba", claro, y me he dado trescientos besos a mi mismo. Estaba solo, leyendo un libro después de un chapuzón de 40 minutos. Hace años que esas son mis vacaciones de verdad. A las doce, he visto la multitud, otrora del asfalto, que salia de los portales de las colmenas, era como si se hubiese acabado un partido en el Bernabeu y yo estuviese sentado en medio de un paso de peatones en rojo.
He tenido suerte, dos regates y arriba, a la sombra del amor, a la sombra de mi niña, de su charla y de sus besos. Yo ya no cambiaré, yo ya no necesito viajar para contarlo, - y que suerte tienes amor, no todo el mundo puede permitírselo como sí podemos tu y yo. - ¿será eso malo, amor? ...