martes, 4 de agosto de 2009

Que bonito es soñar cuando “la cosa” no te deja dormir o cuando eso murió en los 60


4 agosto 2009: 

Lo último a lo que se refiere el título de este post es solo para dar fe de que ya estoy despierto. Es una afirmación propia de la edad, diréis algunos, pero nada más lejos de la realidad. Otro día me replanteo soltar un rollo sobre el asunto. Vale, vale, ya os oigo, no hace falta, está claro.
En mi sueño de hoy, he tenido noticias de un amigo tras alguna semanas de silencio y olvido propio del que anda en busca de un futuro, que lo hay, de forma incesante...
Yo no tenía, ni tengo certeza de ello, pero sé que anda disgustado por la abierta, pero discreta, enemistad que le han mostrado recientemente algunos de sus más directos excolaboradores y amigos...
Nada más penoso, aunque sea en sueños, que ver a gente amiga disputándose la razón llegando, incluso, a la ruptura de su relación por ello. Luego, pensándolo bien, he llegado a la conclusión de que no es penoso, es, simplemente, inútil.
Lo bueno que tiene soñar es que la realidad se resuelve en el escenario y no tienes que andar luego preguntando al de la fila de atrás o al de al lado que quién es el malo de la película como es el caso de "No es país para viejos" que me quedé esperando el final.
En el sueño me ha gustado contarle a mi amigo algunas cosas que, al parecer, le preocupan: …
  • “No obstante te diré que no me interesa saber, a veces, las cusas de un desenamoramiento aunque la pareja, “ambos dos”, fueren mis amigos, lo triste es que se produzca y, creo que a veces, también, resulta inevitable.”
Vestido de novia de El Padrino, que cosas más raras se ven en los sueños, me he puesto, primero, autocompasivo:
  • “Entre las pruebas y el cansancio propio que me da la fisioterapia, voy algo cansado. Ayer me dijo mi médico favorito, que lo mío es como un carnet de conducir por puntos, en el que cada año, “la cosa”, intenta quitarme dos, pero solo consigue quitarme uno.”
Luego me he visto vestido de fontanero intentando reparar algo del que salían muchas lágrimas:
  • “ …y que hay algún desvarío contigo porque no has reconocido no sé qué firma, de no sé qué papel y que con ello pudieras estar perjudicando a alguien o a algunos. No me lo sé muy bien, pues un papel si se firma, dicha firma cuesta muy poco autentificarla dada la calidad de los peritos calígrafos de hoy. Será otra cosa o no será nada, a veces son solo rumores que como tu bien dices, más bien corresponden a esa rara parte de la especie humana que pretende, extrañamente, autoimpulsarse hacia la confrontación y la autodestrucción como meta sublime.”
Luego, como conclusión, me he visto hablando como si ya estuviese despierto:
  • “Yo, afortunadamente, tengo un punto de vista muy especial desde mi nueva oficina aquí en la Playa, ten en cuenta que yo ya no tengo que pasarme ningún semáforo en ámbar y eso, aunque no lo parezca, es vital para tomar opinión de las cosas. Se la quitas cuando ves que a Luz, la mujer de Alfonso le han operado un cáncer en una axila la semana pasada y la próxima afronta las primeras sesiones de la quimio y/o radio. Yo lo empecé a notar el día que murió Roque, mi perro, a finales del 2001. Noté que había algo que me había estado perdiendo. Te das cuenta que nada es tan importante ya como antes lo era. Ahora existen otros valores en los que estoy inmerso antes de tener que hacer de “Guardián entre el centeno”.”
Por último, me he visto haciéndole una manifestación gratuita al director del sueño:
  • “…espero me perdones por haberme extendido tanto, vale, vale, pero yo, como diría mi amigo, el que tiene una prima haciendo de puta en Algeciras, me he quedado más a gusto que un marrano en un charco.”

... y los sueños, sueños son.
Cualquier parecido de este sueño, aquí relatado, con la realidad es pura casualidad.

 


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