25 octubre 2009:
Hay acontecimientos que no siempre son tan representativos de la vida familiar, en cuanto a concentración de la misma se refiere. Reunirse alrededor de una mesa, es algo que lleva haciéndose desde que el mundo empezó a destruirse, es decir, desde que existe el hombre sobre ella.
Pero reunirse alrededor de una mesa para comer es un placer del Olimpo si el que ataca la cuestión, lo prepara como para chuparse los dedos. De todas las formas posibles de hacerlo, el placer pasa del Olimpo a la zona terrenal si eso se hace alrededor de una barbacoa.
Pero no de cualquier manera, tiene que ser a pleno sol, con el traje adecuado para ello, con tu descendiente al lado, cerveza en mano, los enanos metiendo mano en la zona de fuego y con una Weber a todo meter recién inaugurada pues la vieja ya se la dimos a su nuevo dueño.
Dieciocho años quemándome los nudillos y las yemas de los dedos más queridos, curten al más pintado. No tengo NPI* de casi nada pero de barbacoas, es decir, de cómo cocinar carnes y verduras a la Barbacoa, esa es mi especialidad, de eso nadie me da lecciones.
De ella salen las comidas más sanas y saludables que se puedan “fabricar” en cocina alguna, esa es la vida, hacer las cosas bien, para disfrutar con ello, con uno mismo y con los demás.
Es un centro de relación humana y …
De pronto, un sonido del “fraseario” mas común:
“Enrique, deja ya de hablar con el vecino y vente a la Barbacoa que se te ha quemado la carne…….”
NPI: Ni puñetera idea
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Lo mismo aplicable a la paella valenciana
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