miércoles, 27 de enero de 2010

Una comida de lujo en Las Paulinas de Mutxamel




27 enero 2010: 

Una comida en Las Paulinas con un par de inteligentes y sabios doctores de la cosa inmobiliaria, han hecho que vuelva al mundo real.

“La cosa está muy jodida, Enrique”. Los bancos te quitan los clientes si dejas que vayan solos a cerrar el Préstamo, “Yo los llevo cogidos de la mano y no los suelto aunque digan que tienen ganas de hacer pis”.  Esa es una de las mil afirmaciones que salen de la boca de mis amigos de mantel de hoy, mientras lucho contra unos caracoles con salsa de cielo.

Y claro, cuando llegas a saber, por que te lo cuentan, que hay casas por 110.000 €, a un paso del centro, la cosa se pone acongojante. “Otro problema será adjudicarle un PH sin que el Banco le coloque uno de los suyos, me refiero a uno de los miles de pisos que tienen en sus armarios”. La charla está bien, pero las lentejas al estilo pueblo que nos han preparado han conseguido que me manchara la corbata, si la hubiera llevado, claro.

¿Pero quién es el culpable de la Burbuja Inmobiliaria? – Pues eso, no creáis, nos ha llevado algo mas de dos horas discutirlo con mi nuevo amigo aappvv, me refiero a que hemos estado haciendo lo que todavía nadie ha sido capaz de hacer; Intentar crear un método que impida la próxima. No sé si lo hemos conseguido, pero nos lo hemos pasado de coña y mucho mas cuando con el postre han servido un camión de dulce y fruta con un sorbete de nosequé que estaba para lo que he hecho; Chuparme los dedos.

Mis dos compañeros de mesa, RdLG y Aappvv, (sus nombres deben permanecer en el anonimato por expreso deseo de sus señorías), me miraban, atónitos, como el  que quiere decirle a otro; ¿pero cuanto tiempo hace que no comes? – Pero no, han estado muy comedidos y no me han dicho nada. Son buenos chicos.

Pero si la “comitulia” ha sido genial, darte una vuelta por el interior de la “Torre Las Paulinas”, que es donde está ubicado el restaurante de hoy, pues el alma vuela a los años del medio siglo pasado. Máquinas para expender aceite con manivela, teléfonos negros, negrísimos, esos de bakelita que pesan unos 10 kg, muebles, cuadros, notas y hasta juguetes en miniatura componen una  grata estampa que prepara la estancia para el despegue al pasado de la forma mas eficaz, que no es otra cosa que hacerlo con la imaginación, mientras vas tocando cada una de esas joyas del pasado.

Si alguien tiene tiempo, que se acerque por allí, vale la pena.



 


2 comentarios:

  1. Bueno, eso dicen todas Ángel, pero lo que no se haga en el día, ya no se hace nunca. Fue una jornada muy feliz y una magnífica charla.

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