¿Ha muerto la Fidelidad?

 14 marzo 2010


"Me propongo ser fiel al PP como antes lo fui al PSOE"

Se reían todos de la dichosa frase que soltó ayer un ya famoso buscavidas, cuando le preguntaban como se puede ser blanco y/o todo lo contrario, sin morir en el intento y sin caérsele la cara por el peso que produce el cemento al fraguar, que es en lo que se le habrá convertido sus dos faces y el morro al famoso edil.

En cuestiones de fidelidad hay que ir con mucho cuidado, todo el mundo tiene mucho que esconder, ¿verdad?, y es por eso que cuando decides retomar el tema, (en foros de pareja), parece que todos giran el cuello y se ponen a hablar de fútbol o del tiempo.

Cuando alguien de la pareja le es infiel al otro, no solo se rompe ese compañerismo, transparencia, y camaradería, pasa mucho más, se rompe también todo lo que tiene que ver  con su propia estima, con los valores, y millones de cosas intrínsecas de uno, que de un momento para el otro se convierten en nada. No somos nada. Y nos sentimos completamente vacíos y decepcionados en una manera existencial. No podemos volver atrás, porque de hacerlo, volveríamos a hacer lo mismo, nos sentimos avergonzados y con grandes deseos de aparecer en un lugar distinto y en una era distinta, para no ser reconocidos ni por nosotros mismos. Un amigo mío, muy golfo él, decía que solo es infiel el que lo pillan, pero la peor vergüenza no es ser infiel, lo peor es que se sepa que lo eres.

Pero la fidelidad no es solo una cuestión que afecte a la relación conyugal, está también muy ligada al mundo profesional, pero esta termina en el mismo momento en que caduca su contrato. No hay lazos morales que romper, es solo un asunto crematístico y profesional.

La verdaderamente inexplicable por el enorme desprestigio que aporta a los de su clase, y seguimos hablando de fidelidad, es la de tratar el mundo de las ideas, de los idealismos, como los del mundo profesional. No es entendible, ni de fácil explicación a los que ahora se puedan estar iniciando en el entendimiento de la vida política, que alguien pueda ser Rojo hoy y mañana blanco, o muy blanco y, además, contarlo como si eso fduera una cosa absolutamente comercial. Posible, si, a la vista está, pero digerible, pues NO.

Terminemos diciendo aquello tan traído de: “Es tremendamente cierto  que acabamos teniendo los políticos que nos merecemos”.

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enriquetarragófreixes