Los Bancos, las Cajas y su incapacidad para gestionar el ladrillo

 

8 marzo 2010

Las soluciones artificiales salen siempre mal. Eso es algo que los que llevamos mucho tiempo en la gestión del ladrillo, y desde el escenario  de la Promoción Inmobiliaria, lo sabemos. Hemos visto pasar a mucha gente por la poltrona del poder de la Promoción Inmobiliaria, el cual se ha asignado, demasiadas veces, desde la tribuna Bancaria.

Prácticamente, todos los Bancos y Cajas de Ahorro, han caído siempre en la tentación de anidarse en el mundo del ladrillo, unas veces para hacerle, claramente, la competencia a sus propios clientes y otras para resolver el problema que les crea la asunción de un patrimonio inmobiliario inviable, bien por culpa de una mala gestión del empresario apadrinado o bien porque el mercado no necesita “ni muy poquitos ladrillos más” de los que son necesarios, como es el caso del momento actual.

Son un desastre, me refiero a los dirigentes de la Banca/Cajas para resolver ese asunto, que es su asunto, no hay duda, ellos lo crean y ellos lo destruyen. Pero echarle la culpa al que le encargan la gestión, eso es mas bien una cosa de los mentecatos del fútbol, pero No, ellos también usan el mismo estilo. Designan a quién les da la gana, desde un punto de vista Bancario, para resolver sus problemas inmobiliarios y luego exigen que se cumplan los objetivos con soluciones inmobiliarias. Eso es imposible, siempre lo ha sido.

La escuela de directivos para el mundo de la Promoción Inmobiliaria no existe ni se le espera. Pero debe llegar el momento en que la formación en el negocio de la Promoción Inmobiliario sea algo imprescindible en el bagaje de los directivos profesionales a los que se les encargue su dirección.

Hablando de lo obvio que resulta hablar del asunto, y a modo de ejemplo, diré aquí para quien lo quiera oír, y también para desmemoriados, que yo empecé en el 77 en una preciosa y graciosa empresa constructora, “Edificios y Obras S.A.”, entonces de Banco Unión, pero acabé, antes de marcharme en el 94 a la que hoy es Acciona Inmobiliaria, en el que entonces era la invencible Vallehermoso S.A.

Durante esa travesía, pasó que Banco Unión se fusionó con Banco Urquijo y la Empresa donde trabajábamos se fusionó con otra de dicho Banco como era Caminos y Puertos S.A.  Mas tarde fue el Banco Hispano el que adquirió al nuevo Banco Urquijo Unión y las fusiones fueron con Bernal Pareja, primero y con OCISA mas tarde. Total que yo acabé en Corporación Inmobiliaria Hispamer, que por cuestión de nuevas fusiones bancarias se acabó “mezclando” con Vallehermoso S.A.  …………………….

Nosotros, como los mismos Espartanos, tras casi 20 años de sufrir fusión tras fusión de empresas,  éramos lo mejor de cada casa, o por lo menos eso nos creíamos, pues habíamos superado hasta cinco fusiones. Con los años, y esa es la lágrima que quiere soltar este post, he aprendido que nuestra criba no sería, seguramente, un resultado de un buen hacer de la clase directiva, lo más probable es que solo fuera fruto de una pura casualidad o de desatados amiguismos y/o favoritismos que cada cual se supo buscar. No sé, la verdad es que, aunque nunca me fue mal, tampoco tuve nunca grandes amigos entre los de la especie del nivel superior jerárquico. Sería pura suerte, como siempre decía mi Santa Madre; “Enric, tu naciste con la flor en el culo”.

Y mi flor en el culo me la busqué el día que me sedujo la idea de ser Cabeza de Ratón antes que Cola de León. En el 78 me dijeron; Enrique, vete a Alicante y haz de aquello lo que tú quieras ser. ¿Como?, pregunté. Y el entonces mi jefe, el sabio Javier López Pinto, me dijo; “Con el tiempo entenderás lo que te digo” – Y desde entonces dejé mi Barcelona querida por mi Alicante, también querido y ahí sigo tras varias largas temporadas viejeras, al mas puro estilo Marco Polo, pero siempre con la casa en La Terreta.

Por tanto, esta historia de que los bancos despiden a sus directivos porque no les resuelven el problema es ya una historia tan vieja como la de las señoras que fuman y te hablan de tu de madrugada. Yo creo que nunca abrirán los ojos, la Banca es así, no tiene alma ni pretende crear nada, solo especular con su dinero, que, por otra parte, resulta que no es suyo, qué es el nuestro, también. Por tanto, no les hagamos NPC, nosotros hagamos lo mismo con ellos; Usar y tirar y nada más. No valen más, ni tampoco lo pretenden

A modo de descargo, y por si alguien pudiera sentirse herido por este humilde aficionado de la prosa rosa ladrillo-familiar, diré, que por encima de todos los que he tratado en mi vida profesional, y me refiero a los de la cúpula empresarial del ladrillo, destacaría al Joaquín Rivero de los 2000 y al Jesús Roa de los 90, los cuales, sospecho yo, no serían designados por la Banca para sus respectivos cargos presidenciales. Los demás desde Martín de Eyries, (un tipo genial), hasta los Messa, pasando por los Entrecanales y hasta por Antonio Amusátegui, nunca nada me quedó de ellos, bueno, quizás su simpatía, pero si descendemos un nivel por debajo de ellos, (de quién yo dependía directamente), me quedaría con muy poquitos, tan solo con mi querido Carlos Tusquets de los 80, quizás con mi también querido Agustín Barbón en los ochenta y muchos y mi reciente amigo, Rafa el Rey de los Básicos.

Feliz día a todos, bueno, al menos intentarlo, ¿Vale?

PD: He asumido con humildad las broncas recibidas por el post del museo del sexo de anoche, pero no me vale que me digan que esta hoja P la ven los niños de mi entorno, pues no contestaré a ninguna de las críticas si no se hacen con cariño, con amor, con mucho amor, que es lo que vende el artículo del post en cuestión, además, yo no di la licencia de apertura de dicho Museo, aunque no me hubiera importado hacerlo. Ah, y no insistáis, NO TENGO MÁS FOTOS, golfos que sois unos golfos.

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