Deudas y Burros: Una explicación sencilla para una crisis

22 abril 2010

Cuando dices que vas a hablar de burros y de crisis, todo a la vez, da la impresión de que vas a hablar de políticos o de economía, también todo  a la vez.  Pero no es así. Un buen amigo, tocayo para mas señas, y que yo sepa no es economista ni nada parecido, me acaba de regalar una lección magistral de economía para intercalar en mis apuntes sobre determinada conferencia sobre “Viabilidad de Una promoción Inmobiliaria vista desde la posición fetal, o fecal, (el nombre aún no lo tenemos decidido)”.

Este es el contenido de su explicación de como se produce la crisis, lo que no hace falta que nos estemos refiriendo a ésta, a la que nos amarga el café cada mañana, puede ser cualquier crisis. Según me ha dicho, y eso es lo que no he sido capaz de descifrar, intervienen, de modo camuflado, un país, políticos, intermediarios y el pueblo llano. La cosa está en descubrir el camuflaje que esconde a cada cual.

DEUDAS y BURROS

Se solicitó a un prestigioso asesor financiero que explicara esta crisis de una forma sencilla, para que la gente de a pie entendiera sus causas.
Este fue su relato:

Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.

Una parte de la población le vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 euros, por cada burrito, y otra parte de la población vendió los suyos.

Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente le vendió los últimos burros . Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.
Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que había comprado a la aldea para que los ofreciera  a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros; quién no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.

Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.
Resultado:

          La aldea quedó llena de burros y endeudados.

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