La CAFETULIA diaria: Una necesidad vital

“Con todo cariño y en clave bidireccional, para todos mis ex” 

08 abril 2010

Es cierto que a veces no te das cuenta, pero un café a tiempo con algún novio, o alguien muy deseado, ayuda a vivir. Ya sé que no me canso de repetirlo, pero es así.

Te empeñas en poner en la oficina una máquina de café, la tostadora, una neverita y hasta un poquito de todo dentro de ella, como unos botes de cola, unos zumos y hasta una de Bacardí en el cajón de abajo de tu mesa, muy escondida, pero no hay nada que hacer. El personal prefiere salir a la calle, airearse, hablar de fútbol, de política, lo mala que es la suegra de cada uno y de lo buenos y santos que son sus niños, de todo se habla y hasta de trabajo puede caer algo, pero siempre para criticar a los de la central que no tienen NPI de nada.

Eso es la necesaria alimentación de vida que se administra en las tertulias matinales alrededor de un café y, por cierto, con un ruido de pelotas, pues la gente sale a tomar café como si de ir al fútbol se tratara, aunque la verdad es que ese griterío no hace más que confirmar el estado de euforia que produce un acto tan sencillo como la hora de la cafetulia diaria.

Si no eres capaz de entender que eso es así, es que no has estudiado nunca ni psiquiatría, ni psicología, ni nada sobre asuntos de relaciones laborales, vamos, que además de ser un jefe gilipolla es que no tienes NPI de nada.  Así es que tira a la basura la máquina de café, la tostadora y otras ataduras, o póntelas en tu despacho si es que te duele reconocer que te has equivocado, pero hazlo pronto, si puedes, incluso, ahora mismo, no te tortures más y a ellos déjalos en paz y que salgan a su cafetulia con amor, como si la vida les fuera en ello, déjalos, luego volverán como nuevos y tu muñeco lleno de clavos, eso sí, pero no hagas caso, lo del Vudú y las malicias que provoca  es algo absolutamente falso, te lo digo por experiencia.

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