Un Jueves Santo especial

01 abril 2010

Historia de un Jueves Santo. Todo penitencia.

• Chuta ya de una vez. Eso me decía esta mañana un nano, no tan nano, de unos 13 años, que con acento toledano me increpaba en el parking de arena, en primera línea de Playa san Juan, a la vez que gesticulaba mas que el Sevilla en MQB. Delante mío un enorme balón de cuero, algo desgastado, pero parecía bueno. 
• Entonces le digo yo; “est à moi”. El nano se queda perplejo, mira a su compañero y le dice, “hostia tío, este es un guiri”. 
• Entonces yo me arranco, le pegó al balón y ay, es como si le hubiera dado a una piedra, la uña del gordo, esa que anda siempre clavada, me avisa que acaba de profundizar otros tres milímetros en la carne del dedito, pero yo ni me fijo, de momento, el balón sale a tal velocidad y lejanía que le acaba pegando a un coche blanco que allí estaba aparcado, pero con tal desgracia que le pega al niño del que estaba descargando al personal familiar, por lo que el susto de la madre del que conduce se transforma en unos epítetos innombrables hacia mi. 
• Los Nanos, están que se mean de risa tirados por el suelo, y la señora madre del niño al que le rozó el balón, parece que todavía la oigo: “Ganapia, animal, retrasado, …”.  
• En un intento de disculparme avanzo hacia la ofendida señora y me tuerzo el tobillo al pisar una piedra de bulto que allí alguien había puesto para darme el Jueves Santo tan especial que hoy me ha amanecido. “Laestaobien”, oigo de mi querida y ya inolvidable madre del rozado niño, el cual, por cierto, estaba que se partía de risa, también.

Luego, lo peor es que en la misa de once, no había nadie. “Tío, es que hoy se trabaja, hoy no es fiesta, además, ahora no hay misas, es semana santa, no te enteras …”  Es cierto, ya no me acordaba, por eso los chavales se van a la playa.

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