jueves, 6 de mayo de 2010

Los jóvenes quieren ser funcionarios



Vista del Ayuntamiento de Alicante, edificio Viejo y Nuevo juntos, enfrentando estilos y compartiendo, y cohonestando, el paisaje urbano.
06 mayo 2010

Siempre que hablo de este asunto, un gran mayoría de los “treintacuarentones” que me rodean, entre ellos mi querido sucesor único, me ponen a parir pues dicen que no está bien meterme con ellos generalizando sobre la actitud irresponsable de unos pocos. Quizás mis queridos amigos no se dan cuenta, eso es muy humano, que no hablo de ellos, ellos ya se han hecho viejos, hablo de los más jóvenes, de los que están entre los 15 y los 30, ellos son los hijos de la LOGSE y otras parecidas.
«Confieso no saber casi nada sobre las leyes que rigen nuestra enseñanza, de cualquier grado que sea. Pero conozco sus escalofriantes resultados. Los alumnos de instituto son prácticamente analfabetos desinteresados por dejar de serlo. Brillantes universitarios, defraudados por su profesorado al que defraudan, escriben con absoluto desprecio de la ortografía y la sintaxis (no todo lo corrigen los ordenadores). Algo ha sucedido, supongo que también sociológicamente, para que los estudiantes, acaso desanimados por el desempleo, aprendan poco y mal. Las excepciones son, como siempre, a pesar de la legislación y de lo habitual. No deja de ser triste. Lo más triste».
(Antonio GALA, reputado novelista y dramaturgo español de ideas progresistas. "La Mala Educación", suelto aparecido en el diario El Mundo, 26/2/99)
«Los alumnos a los que nos referimos sólo son niños de Primaria por decreto. Tienen 15 ó 16 años y estudian 4º de la ESO [Enseñanza Secundaria Obligatoria]; su edad les capacita perfectamente para la comprensión y el manejo de abstractos, la expresión escrita y un razonable conocimiento de su acervo cultural que debería haberse ido adquiriendo en años precedentes. No se han entontecido por misteriosa degeneración neuronal; son el producto lógico de la LOGSE, de una reforma nociva que requiere grandes medios contra sus grandes males».
(Mercedes ROSÚA, profesora de Enseñanza Secundaria. El Mundo, 10/4/1998)
Hace algo mas de un mes, (31 de marzo), se publicó un artículo en la prensa local, que hizo temblar las tertulias de las asociaciones de padres cristianos y otras de asuntos que solo sirven para alimentar el ego y aupar las ansias políticas de sus juntas de gobierno. Era un artículo sobre el botellón de los jóvenes no tan jóvenes, de su necesidad de “vivir una vida cómoda o si no todo es una mierda” y de lo que se preocupan los políticos por ello a costa de nuestros bolsillos, aunque nunca resuelvan nada.
“Pobres chicos, malvados nuestros gobernantes y nuestra sociedad”, pues también, y además la culpa de todo la tiene ZP, si es que duermen de un lado o los trajes del Camps, si lo hacen del otro, pero todos, absolutamente todos, solo quieren hablar del asunto mientras eso alimente el ventilador de la mierda que dirige al contrincario, aunque no lo sea o no sepa que lo es. O sea, hablar por hablar, como las tertulias de lo social de las teles.

Mis tertulias se vuelven, a veces, muy aburridas a medida que subo el nivel de los tertulianos, el ego y el “yo, lo que digo” se  imponen siempre al “a mi me parece” y si entre ellos se instala algún político, entonces es ya un monólogo de la nada. Pero claro, aun es peor si lo que se impone en las tertulias es la “Vehemencias de la ignorancia”, eso si que es malo, es como hablar con la Hestevan, pero todo el tiempo. Total: ¿qué hacer?

“A mi me parece” que la solución no es fácil, quiero decir que no es fácil para aquellos “árboles” que ya estén crecidos y torcidos, pero aquellos que están recién plantados y si el Plan Educativo Nacional se adapta, de una vez, a la sociedad que lo sufre y no al revés, como ahora, que solo hace felices a nuestros gobernantes, pues entonces es solo cuestión de paciencia con los recién plantados y, aunque no se muy bien como, conseguir meter en el camino de la responsabilidad civil y social a los torcidos con medidas de adaptación y fomento de las responsabilidades por parte del Legislativo Central y del Autonómico, dirigidas a esas generaciones inadaptadas y de comprensión social inadquirida.

La verdad es que cuando he contado este rollo a mis contertulios de hoy, no penséis que lo he hecho con el único fin de que no me hablaran del  CR9 y del Madrid, no no ha sido por eso, lo he hecho porque mas de tres de los presentes me han leído el artículo y me han dicho que lo publicara sin más, pero como ha dicho mi genial Rey de la Barra; “¿Qué Enrique lo va a colgar sin soltarnos un sermón?, pues entonces es que no conocéis a Enrique” – Pues eso. Ahora si va el artículo:

Los jóvenes quieren ser funcionarios

Aunque existen estímulos para emprendedores, la crisis es determinante para buscar seguridad laboral

31.03.10 - 01:17 -
RAMÓN GÓMEZ CARRIÓN |
Además de 'botelloneros', los jóvenes alicantinos, como los del resto de la Comunitat, quieren ser funcionarios, lo que no es una apreciación gratuita de viejos gruñones que pensamos lo peor de los chicos actuales hasta el punto de que la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, nos ha acusado de criminalizarlos por reunirse las noches de los fines de semana para charlar formando tertulias comunicativas y de paso, si se tercia, tomarse un chupito con moderación. El que más del 55% de nuestros jóvenes tengan como aspiración ser funcionarios es el resultado de un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que no sé que otras actividades desarrollará, pero ésta no parece justificar la existencia de tal organismo.
Este Ivie y tantas instituciones públicas podrían simbolizar el afán burocratizador de nuestros gobernantes, sobre todo desde que se puso en marcha el infausto invento del Estado de las Autonomías, nacido para acercar la Administración a los administrados, pero convertido en instrumento para saquear las arcas públicas y empobrecer a los españoles, a todos menos a los funcionarios, que se han multiplicado por 'tropecientos' mil.
El enchufismo ha funcionado con los funcionarios y con otras funciones, si bien, para maquillar las políticas económicas, como apoyo a las empresas y al empleo, se han creado estímulos para los emprendedores y para las empresas que, al menos en teoría, invierten en I+D+i. Pero las empresas valencianas, en general, no están viviendo su mejor momento y pocas son las que crean empleo frente a las que cerraron sus puertas.
 ¿Cuál es el futuro de los jóvenes? Más de 10.000 se fueron a las listas del paro en un año de dura crisis, según denunciaba el secretario general de UGT de Alicante, Óscar Llopis, en 'La Verdad'. Lo peor de la crisis, aparte del paro, es que ha dejado la moral de la gente por los suelos. Los empresarios tienen mala prensa por culpa del Gobierno de Zapatero y de sus aliados los sindicatos. Los partidos políticos no pueden estar más desprestigiados, entre otras cosas por la corrupción. El pesimismo no se elimina con campañitas ficticias de «juntos podemos».
Y los jóvenes, a los que ya les conceden 'botellódromos drogatizantes' y ninguna otra alternativa, quieren ser funcionarios de papá Estado, un Estado tan claudicante como los papás en sus casas.

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