Me lo contaba, mientras apretaba contra sus labios, como si la quisiera morder, la blanca taza de porcelana de su café matinal.
Estoy muy preocupado Enrique, muy preocupado – No sé lo que hacer. Yo a sus 17 años hacia muchísimas animaladas, pero mis padres sabían donde andaba siempre. Hoy hay demasiadas posibilidades para perderse en el mundo de la sinrazón y no especialmente en el mundo de la noche, tan solo. Se va el viernes noche y aparece el domingo por la tarde y no nos habla, se va a su cuarto a dormir. Si le intento presionar sobre su actitud me manda a paseo y me dice que no le caliente pues dentro de seis meses ya será mayor de edad. Con un “tu no me puedes entender, Papá”, me da la espalda y se agarra a su almohada la cual coloca sobre su cabeza en señal de no quererme oír.
Intenté hacerle algunas preguntas, incluso darle algunos consejos, ……, no pudo ser, no me escuchaba, no me quería oír, …. “Tú no lo puedes entender Enrique, ¿qué sabrás tu de eso?”
Leo hoy un artículo en el dichoso INFORMACION de Alicante en el que me ha hecho pensar en mi amigo el Bancario Conquense, en el que parece que la palabra diálogo entre las generaciones ha desaparecido. Ahora, al mas puro estilo de como se descubren las infidelidades, se utilizan medios tan abominables y estúpidos como inimaginablemente posibles tan solo hace unas décadas.
Se que en muy pocos años me voy a tener que enfrentar a ese "reto" de la adolescencia de mi hija,,,,,,para entonces aunque se que es mi hija en lo biológico, intentaré en lo cultural estar a la altura.
ResponderEliminarAnimo argy, no es nada fácil. Hoy la información es muy difícil de controlar y de filtrar, por eso educar es tan difícil.
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