Tocado, pero el seso sigue bien

15 mayo 2010

Empezó con un resfriado, más o menos fuerte, provocado por mi querido nCEPAP, luego se convirtió en unas anginas, luego en dolor de oído y al final, Boom, “Tocado”. Parece ser que el líquido que anda por la Cóclea de mis oídos está derramándose y me está desigualando el equilibrio, dando náuseas y algún pequeño percance eclosivo bucal que voy superando como puedo. Gracias a mi enfermera particular he conseguido arrastrarme hasta el teclado para lanzar algún desahogo por aquí y de paso controlar mis posibilidades.

Ayer fue un día fatal, por culpa de los dichosos líquidos me quedé sin mi tertulia semanal nocturna y sin poder recoger a mi novio que ayer, por fin, llegó  a Fersan con todos sus atributos en regla. Mi querido descendiente único, Fran, Carmen y otros se han preocupado pro mí, pues “para que Enrique falte un viernes noche a las tertulias, es que tiene que estar muy mal”, o muy perjudicado, diría yo. Pero eso no es nada si la “closca” se mantiene firme.

Hoy la cosa sigue igual, quizás menos eclosiva, pero se produce en mí una extraña sensación, los oídos zumban continuamente, apenas oigo nada, y en el interior de la oreja es como si llevara un rebosante vaso de agua que cuando la muevo muy deprisa se derrama, mancha almohada y me regala unos ascos. Pero algo debe ir mejor; “Que empieces a tener hambre, es una muy buena señal cariño”.

La verdad es que resulta imprescindible, para que los que creemos que nunca hemos de morir, como es mi caso, pasar por una cosa así, de vez en cuando. Es como si el que administra nuestras vidas desde algún lugar oculto de esta galaxia sensorial, nos lo hiciera saber; “Ojo Enrique, esto no es grave, pero podría serlo. Lo mejor es que vayas al Hospital si esto no afloja, no me seas miedoso, pero tampoco me seas vago ni atrevido” - Leches, no habrá para tanto, pienso yo, pero pasar un rato así te recuerda que ya tienes mas de 60, como dice mi querida Rehabilitadora del Hospital de San Juan, la guapísima Doctora Sunyer. Si ves que te duele el cuello por dentro y la nariz gotea, pues coño no me seas tontolaba, no bebas cosas frías  y abrígate antes de que te de lo que te ha dado. “Ah, y tienes que adelgazar”, tengas lo que tengas, y no sé por qué, ese el consejo de todos hacia los que nos encantan las comilonas. En fin, quizás tenga que hacerles caso a casi todos, ellos lo hacen por mi bien, ¿verdad?

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