martes, 1 de junio de 2010

Tener un hijo fontanero

  
Meditando con los ojos al sol y el susurro de las olas en el oído bueno

01 junio 2010 

Esta es una fecha, para mi, muy especial. Mis tres primeros empleos como aparejador coincidieron con ella,  en 1970, 1974 y 1977. Parecía que cuando llegaba esa fecha alguien acabaría llamándome para arrastrarme a una nueva ocupación. Tampoco hubo muchas más, solo hubo 6 y la quinta fue, también, la primera, por lo que solo he trabajado en cinco. A todas ellas acudí reclamado y con esa chulería, (seguro que lo es, aunque yo piense lo contario), lo estaba contando en mi cafetulia de hoy cuando uno de los compañeros de banqueta dice que le ha estremecido oír por la radio, que uno de los periodistas contaba una historia sobre un taxista de Madrid que, mientras le llevaba a la emisora, le relataba los muy buenos edificios que Moneo tiene repartidos por La Castellana y ante su asombro, el periodista le interrogó sobre como sabía tanto de arquitectura y el taxista le dijo que él era arquitecto pero lo tuvo que dejar hacía ya diez años por el taxi.

Mi “compa” de barra cafetera, terminado el relato del Arquitecto-Taxista, ha empezado a hablar de las dificultades que tiene uno de sus hijos, que es Ingeniero Técnico de Obras Públicas, el cual, a sus 32, está en el paro con dos hijos y escasas expectativas de empleo a la vista salvo las de irse a otros mundos lejanos a por él. Por contra y cuando ya todos estábamos hechos un valle de lágrimas, se le ha cambiado el semblante al hablarnos de su segundo hijo, el cual, a sus 29, tiene la FP2, tan solo, pues no quiso estudiar más, y esa fue su bendición. El niño, que es así como le llama el padre,  ejerce de fontanero desde un pequeño bajo comercial que tiene en propiedad en un barrio de Leganés y en el que trabaja su suegro y su mujer atendiendo el teléfono y la oficina mientras él no es capaz de atender a todo aquél que se lo pide, pues a pesar de tener cinco empleados autónomos que colaboran con él, no da abasto con todo lo que le ofrecen, desde hace mas de 8 años que comenzó con ello. El Padre, muy orgulloso, nos dice:
“Ves Enrique, mi hijo no es aparejador como tú pero tiene mas trabajo del que puede hacer y, además, vive de PM, con dos hijos en Jesuitas, Una casa en Las Rozas, un apartamento en El Campello, un Mercedes CLS para él y un B200 que maneja su mujer, al margen de la Vito que usa para el negocio. Enrique, no te puedes imaginar el disgusto que me dio el día que me dijo que no quería ser Arquitecto como su padre y acabó de fontanero en una obra a los 18. Ahora no paro de repetirme, todos los día; Tener un hijo fontanero es una bendición.”
Ojalá esta querida sociedad profesional que nos envuelve y nos mediatiza, sea capaz de entender que los oficios, los oficios profesionales y de FP, son tan esenciales e igual de necesarios, o más,  que las carreras denominadas universitarias.

2 comentarios:

  1. Por que siempre ocurre que cuando nos aprendemos las respuestas, nos cambian las preguntas,,,,,,,,,,,,En fin!

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  2. Una buena pregunta, como todas las que haces, argy

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