viernes, 9 de julio de 2010

Recordando mis orígenes … y el Orgullo de ser Murciano


09 julio 2010


Si algunos de mis ilustres antepasados levantasen la cabeza y viera que el apellido tan ilustre que honra nuestras tarjetas de visita, y de crédito, escampa por las tierras de la Bendita Huerta Murciana con todo esplendor y poco recato, no sé cual sería su reacción, pero la cara de sorpresa les haría llegar el labio inferior a la barbilla. En mi tierra y en los 50, ser murciano no es que fuera algo peyorativo, pero para aclarar las cosas diré que en el Código Militar de la época rezaba esta joya que ya venía desde tiempos de Felipe II: «No se deben relacionar con murcianos, gitanos y gente de mal vivir», frase que no fue retirada del dichoso Código hasta 1978.

Seguramente, mis biznietos, dentro de cincuenta años, ya no recuerden ni el origen del apellido, ni que su abuelo y bisabuelo nacieron en la Barcelona de Franco. Pero eso, quizás, lejos de ser un innegable fracaso en la pérdida de determinados valores, no sea tan malo, ni tan bueno, como pensamos. Yo no sé, por ejemplo, si soy descendiente de Atila o de Táriq, aunque, por decir alguna barbaridad muy clara, cuando me preguntan: “¿Y tú de quién eres?”, siempre contesto; “Yo soy de Eva” y me quedo tan ancho pues, como sin querer, digo mucho con ello.

Por tanto lo de globalizarse está bien, muy bien, pero no tanto, o por lo menos no debiera serlo a costa de perder nuestro origen. Ser ciudadano del mundo es algo muy deseable, cuando de verdad se piensa así y no es solo una “pose” mas de algún “progre ocasional”. Es muy deseable, además, ser de donde uno nació y como dice mi querido Consuegro, en un noble intento de hacer mas querido lo nuestro y en un claro gesto que le caracteriza: los niños siempre hablan el idioma de la madre aunque sea chino y adoptado.

Me acuerdo lo que siempre me decía mi madre cuando se refería al conocimiento de nuestros orígenes: Enric, el que no tiene historia, no tiene nada.   En mi tierra y en todas, las costumbres se mantienen trasladándolas de una generación a otra por el método más tradicional, y eso es saludable para la moral y enjundia del ser, tanto como a los murcianos les gusta ser lo que son, solo murcianos y desde luego, los mejores ciudadanos del mundo.  

Una excompañera me manda este pps que es una carta de presentación y pequeña muestra, de lo que puede ser el sentirse y ser murciano, como lo son mis nietos.

Va por todos mis queridos Murcianicos y a los demás: ojo con encontraros a uno de ellos porque os va a preguntar enseguida; “¿por ànde llevas el tajo?”


2 comentarios:

  1. Enrique:
    Las Ordenanzas del Rey don Carlos-III no se referían a los naturales de Murcia, si no a los murcios que, según la RAE son:
    murcio.
    (De murciégalo).
    1. m. germ. Ladrón o ratero.
    Que naturalmente practicaban el arte de murciar:
    murciar.
    (De murcio).
    1. tr. germ. Hurtar o robar.
    Lo que les hacía poco deseables para sus conciudadanos.
    El traducir directamente del español antiguo al lenguaje de hoy lleva a estos malentendidos tan ofensivos para gente tan encantadora como la mayoría de los murcianicos, excluyendo claro, a los de mal vivir.
    Un abrazo,
    Fernando S.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Anónimo Sancho por tu apoyo. De todas formas, Carlos III, que no fue alcalde mi pueblo, precisamente, no fue el culpàble inicial de que en las ordenanzas militares constase frase tan agraviosa para los murcianos, aunque si lo dijo para su guardia real:
    "En la guardia no entrarán ni murcianos ni gitanos no gente de mal vivir". O eso creo.
    En cualquier caso aceptaré las alegaciones en la defensa de los dos, que me aportas.
    Pero una vez documentado sobre el sunto, seré, en adelante, un gran defensor de tu tesis

    ResponderEliminar

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/