27 octubre 2010
Unos cuantos días por La Huerta, brazo y saliva, músculo y mente, todos ellos se avivan a la vez. El Pérez Reverte suelta una sobre Moratinos que lo único que se ha demostrado con ello es que el Twitter es más eficaz y peligroso, según quien lo use, que el SMS del “pásalo” de la noche electoral de las “manos blancas”, en las que el ZP llegó al poder.
Lo del PGOU de Alicante ha llegado a Lasexta y ya, como de costumbre, irán apareciendo, gota sobre gota, las guindas informativas que nos irán contando hasta las elecciones, toda la mierda que anda por ahí en los archivos de los expedientes urbanísticos de los municipios donde se pretenda derribar a su primer edil, dado que es una fuente inacabable de sospechas cualquiera de ellos, dada la riqueza que genera su aprobación, se haga como se haga, es decir, por medios honrados o sin serlo.
El problema principal, se diga o no se diga, es que el urbanismo es siempre un regalo estúpido que la ciudadanía le hace, en cualquier caso, al propietario que le toca la fortuna de ser premiado con cualquier edificabilidad sin haber hecho nada para ello. Bastará con que el redactor del Plan General de cualquier ciudad determine por donde debe crecer la ciudad y cual es la tipología permitida, dando con ello, mayor o menor premio a los propietarios de suelo que solo han tenido que sentarse sobre las tumbas de sus labriegos abuelos y otros antecesores a esperar a que la Ciudad llegue allí sin hacer nada, sin poner un duro.
Cualquier riqueza se genera transformando la materia prima. El propietario de suelo urbanizable, al que le ha tocado por herencia de sus antepasados, generalmente, no le hace falta. Es el único caso en que la especulación y la riqueza la genera la Colectividad por medio de Una decisión Administrativa; La Aprobación del Planeamiento. No hace falta hacer nada. ¿Increíble, verdad?, pues es cierto.
No sé si podría describir con exactitud las náuseas que siempre me ha producido firmar escrituras de c/v de suelo urbanizable a los mil descendientes de los primeros titulares de la huerta de Murcia, o de Alicante, o de Valencia, o de Palma, sin que nadie lo notara. Es lamentable verlos discutir sobre lo que ellos llaman “sus derechos urbanísticos”, cuando el único mérito lo tiene el Técnico Redactor y/o el Político de turno que así lo haya propuesto, es decir, el que ha hecho que su suelo sea edificable. Si, si, ya sé que la ley dice que el propietario del suelo debe ceder el 10% de sus derechos al Municipio, en el caso general, pero eso no es equiparable a ningún orden de justicia que se lo quiera creer. Para mí, y eso, el contarlo, me ha costado siempre muchos disgustos, el porcentaje de cesión esta bien, pero al revés, o sea, es el 90% el porcentaje que debieran ceder sus propietarios a la colectividad.
Por tanto, como no va ser un lío, y gordo, “Regalar” la edificabilidad de un suelo a sus propietarios. El que regala, y se cree que lo hace, acaba pidiendo compensaciones, a veces para La Comunidad y otras, a saber, pues igual NO.
¿Para cuando una Ley del Suelo justa, quiero decir, socialmente justa? – ¿Para cuando la socialización del suelo?
Bien, llegado hasta aquí, conviene ponerme de buen humor pues hoy tengo una larga tarde de mucho trabajo. Por ello os dejo aquí la última moda en todas las Discos de La Huerta. Es la monda, tiene un ritmo imparable, es impresionante, no podrás dejar de bailar
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