sábado, 11 de diciembre de 2010

El Amor al Trabajo de los Directivos




Dos lágrimas estúpidas por un futuro mejor …………….

11 diciembre 2010


No ha sido mi interés el menospreciar, nunca, la actitud con su equipo y su capacidad de gestión de los Directivos de élite de algunas compañías donde me ha tocado estar o de todas en general, pero con los años las evidencias me llevaron a la frustración y al desencanto, la mayoría de las veces. Cuando eres joven y te comes el mundo, comienzas tu vida profesional admirando e idealizando a todos aquellos Gestores de las Grandes Compañías y en tus noches de ensueño piensas que algún día te gustaría que una Hada Madrina te convirtiera en alguno de ellos. Qué tipos mas estupendos, qué grandes profesionales, cuanto sabrán, DM, qué daría yo por conocerlos y, o dicha sublime, colaborar con ellos ya sería llegar al orgasmo profesional incruento. 

Pero todas esa ilusiones se van desvaneciendo a medida que te vas acercando a ellos y ya el colapso de las ilusiones es tal cuando ya se convierte el trato en habitual. Recuerdo que una de las primeras víctimas de ese desencanto, es decir, de las que empecé a asesinar su imagen de Crack Profesional en mi armario de los encantos perdidos, fue el “Tal Antonio Amusátegui”, al cual nombraron Vicepresidente Ejecutivo de mi querida y admirada Vallehermoso,   cuando yo era el delegado para Alicante allá por 88. Amusátegui , que era un tipo estupendo, llegó a Alicante a revisar unas propuestas de negocio que yo hacía y a la tercera pregunta que me hizo sobre determinado aspecto del estudio me di cuenta que a su cargo no había llegado, precisamente, por haber conseguido un Postgrado en la “University of Cambridge”, sino mas bien lo había conseguido por ser el hermano del presidente del Banco Hispano Americano que era el Propietario de nuestra querida Vallehermoso en aquella época. 

Desde aquél día y, prácticamente, hasta hace un rato, la sucesión de energúmenos, vividores y amantes de lo suyo, se han sucedido ante mi desdicha. Nada nuevo en el Jardín de Directivos desde aquél Carlos Tusquets de mis amores que me pidió ir a resolver un problema empresarial en Lanzarote en el 85. Digo nada nuevo porque los demás, unos más que otros, nada pudieron enseñarme, mas que lo que no se debe hacer o como se puede hacer algo tan mal para que salga mal todo, menos para ellos. 

En los últimos años, es decir, aún mas cerca del poder, la desilusión se convirtió en algo tan constante que nunca me he cansado de repetir a quien me haya querido escuchar que cualquiera puede ser Directivo de élite si se lo propone. Por favor, no os desilusionéis, hay mucha clase directiva que barrer y eso solo se consigue empujando desde abajo, aunque parezca imposible y hasta novelesco lo que propongo. Con ese aliciente se debe empujar a que las nuevas generaciones, mucho más formadas, accedan al mundo de la Dirección y que la legislación vigente se adapte, rápidamente, a la necesidad de exigir un mayor control por parte de los partícipes en todas las operaciones de riesgo de los directivos de las S.A.

Para concluir diré que de los pocos que se salvaron de mis asesinatos, dos aún andan por ahí luchando y lo hicieron desde abajo, sin amiguismos, por sus propios méritos y sus propios riesgos. Hablo de Joaquín Rivero al que poco conocí, pero lo poco fue muy intenso y a mi querido Rafa, el Básico, porque siendo tan bestia como lo era para todo, exagerado, proamericano, prepotente y hasta chulo, era y se comportó como un papanata integral desde que lo conocí, resultando ser, luego y a pesar de su juventud, el tío mas honrado, trabajador y “cabrón”* que conozco, profesionalmente hablando. Pero de esos, aunque no hay muchos, son de los que podemos aprender.

Mi herida se acelera cuando, en un día como hoy, leo noticias como esta, la cual y sin querer, sigue aclarándome cual es la mejor, si no la única, pretensión de la mayoría de los descontrolados directivos a los que, por lo visto, no se les puede dar la llave de la caja:


* cabrón: Término cariñoso referido a la actitud dura y muy exigente de un jefe


 

3 comentarios:

  1. Y luego nos quejamos de la clase politica,,,,siempre he dicho en tu blog incluido que este mundo no es malos, hay gente mala o "cabrones" en el sentido que todos entendemos.
    En un porcentaje considerable quien llega a un puesto de responsabilidad (en cualquier ámbito empresarial)lo hace, pienso yo, por factores alejados del mérito personal, al menos en este país.
    No hablemos a nivel funcionarial, donde el compadreo con las jerarquias politicas es la "pera limonera". Afortunadamente la gente cada vez está mejor preparada aunque al paso que vamos solo les sirva para dirigirse a si mismos.

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  2. Cierto, Suso, pero tengamos esperanza. No hay mal que dure 100 años

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