10 marzo 2011
En mi tierra, hay una extraña costumbre que consiste en comparar las cosas muy llamativas con situaciones reales del día a día o de la compostura propia de determinados gestos humanos. Puedes estar en un sitio muy bonito, muy bien diseñado o algo así, pero si no está hecho con gusto, con estilo, con el alma puesta en la construcción del ambiente del sitio, entonces no hay “Caliu”. Diré que el “caliu”, su traducción literal se corresponde, pasado al castellano, como los rescoldos, las brasas mas pequeñas que se cuelan entre el polvo del fuego.
Aunque ya he hablado hoy de mi estancia en el Ros del Vissum, la cafetería, me ha llamado la atención su renovado aire ambiental en donde la pinacoteca ha sufrido una importante renovación. Me he pasado un buen rato, embobado, admirando los cuadros. Luego me han dicho que son copias litografiadas de gran calidad, pero copias. No obstante …me ha gustado, me ha gustado que me haya gustado, y el caso es que no se cual de las dos cosas me ha gustado más. Vale la pena tomarse un café, allí, solo para verlos.
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la verdad que son bonitos
ResponderEliminarES CIERTO, ROSY Y SI ADEMÁS DE CONTEMPLAR LOS CUADROS EL CAFÉ TE LO SIRVE PEPITO ROS, ..............., UNA MARAVILLA MÁS DE LAS QUE, A VECES, DEJAMOS PASAR SIN DARNOS CUENTA
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