Pásalo: “Por favor, tú primero”

05 marzo 2011

Cuestiones urbanas, o algo parecido, las ves a menudo por donde quiera que vayas. Preocupa la actitud de muchos de los nuevos a los que parece que el listón de las exigencias se les ha puesto muy bajo y eso, aunque no siempre, hace creer que algo hemos hecho mal y lo peor es que, al parecer, seguimos haciéndolo.

Ayer noche, sin ir más lejos, un jovencito cariñoso de esos que andan voceando en los autobuses  pidiendo pleitesía a su sabiduría virtual, mi niña le recriminó que aparcara en una zona reservada a minusválidos cuando él no lo era, ni mucho menos, el muchacho, (unos 20/25 años y muy sereno), le increpó: “Mire señora, ya estamos hartos de tanto privilegio, los aparcamientos no son propiedad de nadie y de los minusválidos dlc mucho menos” – La que se formó fue pequeña, hasta que alguien, muy joven también, (35/40 años),  puso orden y convenció al muchacho que debía cumplir las normas y que si quería usar ese aparcamiento la cosa era bien sencilla: No tenía más que hacerse “Discapacitado”, con un par, y ya vería las miles de ventajas que ello conlleva  …

Me dieron ganas de aplaudir pero no pude, ninguno de los jóvenes presentes sabían de lo que estaban hablando, uno, un claro transgresor, al que aún no le han conseguido enseñar nada de nada sobre el valor de las relaciones entre personas, y el otro, aunque lo prefiero, solo era un estricto cumplidor del orden establecido. Nadie que no lo sea podrá nunca saber cuan necesario es que esa extraña y aparente desidia social que toda la sociedad muestra hacia ese grupo de “raros enfermos” que circulan por nuestras calles, se someta a una renovadora terapia que los convierta al mundo de la inteligencia, del altruismo y del “por favor, tú primero”. 

Ese es el camino, dictar leyes que nadie cumple no sirve de nada y las que se anuncian, tan solo, para hacerle un guiño a determinados colectivos en momentos electorales, pues tampoco.

Por favor: “Pásalo”, diles que existe el “por favor, tú primero” y que si empiezan por aprender eso, luego, lo demás vendrá solo.

Aprovechando la tristeza del momento he rescatado de su soledad a este otro callejero …

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enriquetarragófreixes